23.11.05

Críticas: La novia cadáver

No conozco a nadie que haya visto La novia cadáver y se haya salvado de oír el llanto de los niños que, mal asesorados, acudieron a la sala del cine. ¡Y eso que cuenta con estribillos pegadizos, cortesía de Danny Elfman! Quizá lo que más atemorice a los infantes sean los diseños de los personajes, una estilización sublime de los bocetos de Tim Burton. ¿Quién no adoptaría al tierno marinerito?

La película plantea un original triángulo amoroso entre Víctor, Victoria y Emily, la novia cadáver. Por empeño de sus padres, los dos primeros están a punto de contraer matrimonio, pero la torpeza del novio a la hora de jurar los votos hace que la ceremonia se atrase. Por error, la versión animada de Johnny Depp (no sólo Amaral iban a tener un muñeco a su imagen y semejanza) se comprometerá con la correspondiente caricatura de la esposa de Burton, a la que dota además de un truculento pasado.

En la fiesta de ultratumba no podían faltar los esqueletos a go-gó y el soul-vamp, una escena tan acertada como aquélla en la que Víctor y Victoria se encuentran a la vera del piano. Para animar el cotarro aparecerá un sospechoso familiar aristócrata -la caracterización de los suegros no tiene precio- que impedirá una feliz resolución de los hechos.

La verdad es que poco desarrollo puede esperarse de una cinta de 76 minutos, y menos en el caso de un filme que pertenece al dudoso género de cine para toda la familia, un híbrido hollywoodiense que rara vez deja contentos a todos los espectadores. Quizá sea mejor quedarse con la fábula en sí (habrá momentos para el gag y el sentimentalismo) y en la impecable estética de la película -aunque el gusano que habita en el ojo de la novia no encaja demasiado-.

22.11.05

Reseñas: Cuarto Mundo #2

Cuarto Mundo #2, de Jack Kirby (Planeta de Agostini, noviembre de 2005). 128 páginas. PVP: 4,95 euros.

Con casi dos meses de retraso aparece el segundo volumen (de diez) del Cuarto Mundo. Es más fino, porque sólo incluye cuatro números de los Nuevos Dioses, y más flexible. Además incluye tres historias de complemento bajo el epígrafe de Young Gods of Supertown y ¡24 páginas de portadas y pin-ups! ¿Pero por qué los maquetadores de Planeta repiten tanto ese horrible Darkseid pixelado?

El tomo se inicia con el enfrentamiento entre el empecinado agente Turpin y el terrible Kalibak, mientras Orión y Lightray se enteran de la presencia del visitante de Apókolips por la TV. Crece el vínculo entre los héroes de Nueva Génesis, que comparten el secreto del doble rostro del hijo de Darkseid mientras éste padece nuevos arrebatos de furia.

Como curiosidad, este ejemplar incluye el único número de la serie que traspasó las fronteras españolas gracias a Novaro. Es un episodio en el que Kirby presenta a Forager, un miembro muy especial de la comunidad de insectos que habita en las profundidades de Nueva Génesis. Dada su condición de eterno, se subleva cuando su mentor es sacrificado y se opone a Mantis, el nuevo líder de los devoradores de comida. Orión y Lightray toman el sol mientras en el ático de una escritora dramática. Los tres se encontrarán en Metrópolis gracias al uso de un boom-túnel.

Por su parte, el detective Lincoln hace todo lo posible para retener a los dioses en las instalaciones de la comisaría, Lightray mostrará sus dotes de estratega y llevará al traste otra invasión. Cuando Kalibak vuelve a estar libre, verá incrementado su poder debido a la manipulación del misterioso Desaad, por lo que deja K.O. a Orión.

El Corredor Negro irrumpirá de nuevo para llevarse otra víctima, al tiempo que la ciudad queda devastada por los sucesivos ataques de Apókolips. En las breves historias de complemento veremos el estreno de Fastback, un temerario miembro del coro de Nueva Génesis, así como la corta intervención de Vykin el Negro.

Nos hallamos ante el aperitivo perfecto para saborear luego el mundo de Forever People.



Cubierta del próximo número.

21.11.05

Reseñas: X-Statix Vs. Los Vengadores

X-Statix #5: Vs. Los Vengadores, de Peter Milligan y Mike Allred (Panini, noviembre de 2005). 144 páginas. PVP: 9 euros.

Y llegamos a la despedida de la serie de Milligan y Allred... ¡hasta que se edite en España la nueva limited de Chica Muerta! La traca final tiene todos los ingredientes: el trasfondo de la guerra fría, la revelación del misterio de Doop -uno de los personajes marvelianos más enigmáticos de reciente cuño- y el esperado enfrentamiento contra Los Vengadores. La insolencia del Anarquista provocará el enfado del Capitán América, de manera que cada grupo buscará los restos del cerebro de Doop por su cuenta, en un argumento que recuerda ligeramente a aquel crossover entre Madman y Superman.

Cada lucha contará con un marco incomparable, como si se tratara de los escenarios del Street Fighter II. La acción comienza con el duelo racial entre Tyke Alicar y Steve Rogers, para luego seguir con los acertados cruces: Bruja Escarlata y Chica Muerta, Ojo de Halcón y Vivisector (una de las partes más divertidas de la saga, entre jirafas y rinocerontes), Venus de Milo y el Hombre Hormiga, Iron Man y Guy Smith (que abandonarán sus armaduras respetando las normas de la Iglesia de la Verdad Desnuda para protagonizar un choque que se asemeja al de Lobo: Infanticidio de Giffen), y para terminar, con las Hermanas Fatales de fondo, Thor y Doop (que hablará en cristiano por una vez). ¡Y el regreso estelar del Mono Abandono!

El tomo se cierra con la tentación de la última misión, un episodio lleno de ambición y heroismo que imita, en cierta forma, el fantástico arco argumental de la muerte de Ugo Girl. Es una pena que, después de 40 maravillosos números, la arriesgada apuesta de Milligan y Allred toque a su fin, pues se trataba sin duda de una de las colecciones de mutantes más originales de los últimos tiempos.

18.11.05

EC Presenta #4: Periodistas (reseña)

EC Presenta #4: Periodistas, de varios autores (Planeta de Agostini, noviembre de 2005). 144 páginas. PVP: 4,75 euros.

Éste es mi primer contacto con la etapa New Direction de EC Comics. Sentía curiosidad por ver cómo trataban en estos años más descafeinados al gremio de periodistas, que me toca muy de cerca. La edición de Planeta contiene los cinco números que duró Extra!, la cabecera bajo la cual se agruparon las historias de los chicos de la prensa.

Entre los dibujantes que colaboraron en esta serie figuran Johnny Craig, que se encarga de las portadas y de las historias del redactor de World Press Keith Michaels; John Severin firma las páginas dedicadas al fotógrafo Steve Rampart; y Reed Crandall cuenta las andanzas de la reportera Geri Hamilton. De manera excepcional, este último autor dibujará un episodio sobre Joe Macduff, un personaje que no tuvo continuidad tras el primer número.

Llama la atención la visión idílica que se hace de la profesión. Los periodistas siempre viven la noticia en primera persona, viéndose envueltos en auténticas tramas de corrupción y espionaje. Destaca asimismo el carácter mujeriego de los protagonistas. En este sentido, resulta muy significativo el siguiente diálogo, tomado de una de sus viñetas:

-¿Qué ha pasado, Michaels? ¡Tenías que volver hace dos días!
-¡Fue inevitable! ¡Surgió algo que me retrasó!
-¿Rubia o morena?

El problema de Extra! es que, debido a la extensión de los capítulos (entre 6 y 8 páginas), el desenlace de los argumentos suele resultar bastante atropellado, con los marines haciendo su entrada triunfal. Aun así, habrá tiempo para escenas en paracaídas, inmersiones fatales y saltos imposibles. De igual modo, sobresale por su parecido con la más rabiosa actualidad la aventura en la que un grupo de mexicanos intenta tocar tierras estadounidenses.

Un defecto menor de la versión española de esta obra -que comienza a extenderse a otras colecciones de la editorial catalana- es el abuso de un recurso gráfico (la imagen de un fotógrafo sacada de un episodio de Lampart) que funciona a modo de cortinilla entre los episodios y aparece hasta seis veces a lo largo del tomo.

Taschen edita Illustration Now!

La prestigiosa editorial Taschen, conocida mundialmente por sus cuidados libros de arte, acaba de lanzar al mercado un volumen dedicado a la ilustración comercial y editorial que se titula Illustration Now! El tomo contiene 150 fichas de autores de más de una quincena de países, entre los que destacan Banyai, Baseman, Burns, Cronin, Hayek, Hewgill o Legno. La ambición del coordinador del libro, el brasileño Julius Wiedemann, de compilar en una sola enciclopedia tal contingente de diseñadores da como resultado un compendio bastante exótico, adquiriendo mayor presencia el trabajo digital y experimental frente otras labores gráficas más tradicionales. La versión española cuesta 29,99 euros.



Páginas de Illustration Now! dedicadas a Charles Burns.

17.11.05

Corben en Toutain... ¡por ahora!

Ha causado cierto revuelo entre los fans de Richard Corben el hecho de que Planeta, en su sección de consultas, haya afirmado que tiene en estudio la reedición de sus obras. Os recomiendo una visita al Diario de Jeremy Brood y otra a Los extraordinarios mundos de R. C. En el primero encontraréis montajes prodigiosos bajo el epígrafe de Biblioteca Grandes del Cómic, mientras que el segundo dispone de un fondo gráfico apabullante.

Recientemente he revisado mis tomos de Toutain y ha sido toda una gozada reencontrarme con Dimento, aquel mutante bruto pero ingenuo de Mundo Mutante. Ésa es una característica muy particular del autor: mostrar al monstruo más humano que a los demás personajes. Pero Corben también siente debilidad por los mundos hostiles y los pechos turgentes, y quizá sea más recordado por eso.

En Bloodstar, que incluye textos de Robert E. Howard, hallábamos otro planeta esquilmado y un héroe arquetípico capaz de enfrentarse a la prueba de los dientes de Ymir. Son magistrales las páginas que describen su convivencia casi edénica con Helva y Grom (otro bruto lleno de sentimientos).

La adaptación de los relatos de Edgar Allan Poe, a mi juicio, figura entre sus trabajos más flojos, aunque su versión de El Cuervo -con maravillas aerografiadas- me impactó bastante. Por su parte, me gustó el planteamiento de Rowlf, donde un perro que toma forma humana va en busca de su dueña, aunque la escena de los tanques se me hizo un poco larga.

A mí el Corben que más me convence es el de Underground, donde firma unas historias cortas (en su mayoría en blanco y negro) geniales, en las que predomina el factor sorpresa, los experimentos estéticos y la revisión de géneros. El autor, durante esos años de juventud, es capaz de engendrar a su propio guardián de la cripta, mientras recrea a Lovecraft o la Alicia de Lewis Carroll -a quien le sobarán las tetas, por supuesto-. Asimismo, despertará nuestros instintos con el rodaje en Super 8 de La Casa de Harvey el Horrible, dejando patente una vez más la superioridad moral de las criaturas, los robots y los extraterrestres.

Libros: El diario de Bukowski ilustrado por Crumb

El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco (Anagrama, 2001).

He leído poco de Bukowski, apenas un libro de relatos (Música de cañerías) y algunos poemas. En verano, aislado de la gran ciudad y sus novedades, me topé con este ejemplar mientras buscaba un regalo para alguien. Y era un título que tenía pendiente: el diario póstumo de un escritor maldito ilustrado nada menos que por Robert Crumb, que se marcó una docena de hermosos dibujos entre 1995 y 1996.

En el volumen, Bukowski da buena cuenta de sus últimos días sobre la tierra, narrando sus rutinas con el ritmo frenético y el humor cáustico que le caracterizan. Muchas páginas reflejan su afición por las carreras de caballos -aunque se declara escéptico-, o describen sus divertidos encuentros con otros poetas -a los que suele poner a parir-. Sin embargo, destacan las declaraciones de un septuagenario que, al tiempo que se felicita por la comodidad que le ofrece el ordenador frente a la vieja máquina de escribir, se muestra absolutamente desengañado por las convenciones sociales. Sin pelos en la lengua, cuestiona y ataca hasta las instituciones más aceptadas, convirtiéndose en un auténtico compendio de sentencias que huyen del pensamiento único.

Discos: Noah's Ark de Cocorosie

A estas alturas de la película resulta complicado impactar al oyente con sonidos originales. Cocorosie no son las primeras en usar el maullido de un gato, el relincho de un caballo o el croar de las ranas para crear el fondo de sus canciones, pero quizá por su particular mezcla de géneros e idiomas, sí saben transmitir sensaciones mágicas. Desde el arpa de K-Hole, al hermoso timbre de Antony and the Johnstons en Beautiful Boyz, o la caja de música y los apuntes operísticos de Bare Hide And Buffalo, el último disco de esta pareja de apariencia bizantina termina por cautivarnos. Con unos efectos vocales que recuerdan a la Björk del Vespertine (esos susurros quebrados), la calidad del álbum no decae en ningún momento tras pasar por bellos cortes como el minimalista Milk (acompañadas aquí por Devendra Banhart), el bailable y pegadizo Noah's Ark (con ese gorgorito que encandila) o, a mi juicio el mejor título de la colección, Armageddon:

"And the lights came on
In the middle of the night
What I should do with my life
How I should spend my life"

8.11.05

El hilo musical en las librerías especializadas

En vuestras frecuentes visitas a las librerías de cómics, ¿os habéis limitado a mirar las estanterías, en busca de las portadas más chillonas o habéis probado a usar los demás sentidos? Si forzáis un poco el oído, os daréis cuenta de que algunas tiendas especializadas cuentan con hilo musical, una sintonía que dice mucho sobre los gustos musicales del dueño del local y/o sus visitantes.

Contaré mi experiencia personal. En mi ciudad hay tres o cuatro librerías, cada una con su propia tendencia. En una, quizá por la cantidad de góticos que entran en el establecimiento, el juke-box oscila entre el heavy-metal más salvaje, la música retro de los videojuegos y los grandes éxitos nipones del anime. En otra, a lo mejor debido a la edad del encargado, suenan a menudo grupos de new-romantic como Spandau Ballet, así como otros éxitos ochenteros. Por último, existe la vertiente radiofónica, es decir, sintonizar la emisora que más se asemeja a la ideología política del tendero: aquí encontramos clásicos como la Cope, Onda Cero...

En cualquier caso, y por no despreciar a nadie, no debe ser complicado aportar un fondo sonoro agradable en estas tiendas. Al fin y al cabo, salvo los días de más clientela (esos viernes por la tarde que parecen rebajas), las librerías -no sólo las que venden tebeos- son pequeños reductos de paz, y apenas habría que aportar unas pizcas melódicas para transformarlas en verdaderos templos de recogimiento (¡ojo, nada de gregoriano!).

En realidad, este juego de dime qué escuchas y te diré quién eres también se puede probar durante un viaje en taxi. No obstante, invitamos a nuestros lectores a revelar qué música suelen oír en las librerías que visitan, a ver si sacamos alguna conclusión interesante.

7.11.05

Reseñas: El Niño Gusano de Hideshi Hino

El Niño Gusano, de Hideshi Hino (La Cúpula, octubre de 2005). 208 páginas. PVP: 7,95 euros.

Hideshi Hino tiene una manera de contar las historias y de presentarnos a sus personajes que invita a sentir compasión por ellos, sobre todo después de asistir a los momentos tan desagradables que les hace sufrir. Esto ocurre con El Niño Gusano, el segundo manga de este auotr que edita La Cúpula (en otras latitudes ya han aparecido 16 títulos, qué envidia).

Sampei es el típico niño al que se le da mal la gimnasia. Además sus padres lo repudian porque no estudia lo suficiente y sus compañeros suelen acosarle a la salida de clase. Sus únicos amigos son los insectos y los animales, con quienes comparte un escondite en el vertedero. En esos pocos momentos de felicidad sueña con "ser libre como un pájaro o un pez". Pero sucede que, tras una riña doméstica, el protagonista vomita un extraño gusano rojo que le atacará con su aguijón.

Desde aquel incidente, Sampei empieza a sufrir una metamorfosis de lo más kafkiana, para descubrir que continúa siendo rechazado, más aún convertido en gusano. Sin embargo, el personaje mantiene el humanismo en su rostro (pupilas desiguales y nariz imperceptible), en una suerte de ET, Hombre Elefante, o como han querido ver otros, de Frankenstein. Y lo veremos columpiarse, nadar e incluso imitar a Tarzán antes de encontrar su refugio en las cloacas.

Tras estos escasos instantes de alegría, el niño gusano iniciará una cruel venganza contra aquéllos que intentaron acabar con él. Luego Hino nos deleitará con un hermoso final. Y recuerda: si te gustó La Serpiente Roja, no puedes perderte este volumen.

Reseñas: You Are Here de Kyle Baker

You Are Here, de Kyle Baker (Planeta de Agostini, octubre de 2005). 156 páginas. PVP: 14,00 euros.

El público español está accediendo a la obra de Kyle Baker de forma desordenada. El año pasado Norma editaba Moriré a Medianoche, otro cómic de Vertigo que tiene muchos puntos de enlace con este You Are Here, pero que en EEUU apareció después.

Concluida la lectura del volumen, creo que no exagero si afirmo que es una de las mejores historietas del año. Noel Coleman es un ladrón de joyas convertido en pintor que se ha enamorado de Helen, una chica de campo amante los animales (hasta el límite de que alimenta a las palomas en el capó del coche mientras viajan). De vuelta a Nueva York comprobamos que el protagonista mantiene una doble vida en la gran ciudad, y que su prometida, que acaba de llegar por sorpresa, no sabe nada de su pasado. ¡Para colmo le persigue el asesino Vaughan! Entre los secundarios de lujo, sobresalen el camarada Oscar y la cegata Tracy.

Baker dota a sus viñetas de un dinamismo inusitado y un tratamiento gráfico sin parangón, fruto según el autor de las labores del "Painter Classic, la tableta Wacom Intuos y el departamento de Integración Espectral". Aunque los efectos informáticos llegan a apabullar en las primeras páginas, según avanza la historia vemos cómo el dibujante también refuerza el trabajo manual sobre papel. En este sentido destacan el logrado enfoque de objetos (para centrar la atención del lector) así como el empleo de tácticas propias de la animación.

You Are Here cuenta con un ritmo de acción trepidante, similar al de I Die at Midnight, donde la pareja central sólo tenía unos minutos para buscar el antídoto de unos barbitúricos. En este juego de huidas y situaciones extremas, el artista introduce numerosos gags, como esconder su foto en un periódico, la escena del traslado de la gasolina, el paseo a caballo o el divertido recurso de la pirotecnia. No obstante, hay lugar para la violencia y la sangre desatada, un aspecto que lo aleja de cualquier referencia hollywoodiense y de las semejanzas con el estilo Walt Disney.

Kyle Baker hace un pequeño (pero explícito) homenaje a Alicia en el País de las Maravillas, y a mi juicio, un gracioso tributo a Rocky... ¿O no es clavadito a Sylvester Stallone ese Noel Coleman amoratado de la conclusión? En el desenlace, el responsable de Cartoonist hace un magistral uso de los colores que consigue trasladarnos a ese escenario crepuscular tan hermoso. El libro se cierra con un fantástico epílogo que contrarresta el clímax alcanzado poco antes. Lo dicho, una maravilla ilustrada.

(Puedes leer otra reseña de esta obra en La librería del metamorfosista)

4.11.05

Reseñas: MW de Osamu Tezuka

MW, de Osamu Tezuka (Planeta de Agostini, octubre de 2005). 586 páginas. PVP: 19,95 euros.

"Me pregunto por qué las flores del cerezo van a apresurarse en caer en un día de primavera como el de hoy, lleno de sol y calidez" (Poema clásico Waka).

Cuando preparo una reseña, suelo tomar notas mientras leo la obra. Con MW he alcanzado las tres hojas, algo poco usual. No cabe duda de que se trata de una novela extensa, aunque no demasiado en comparación con otros mangas serializados. Por fortuna, éste es un volumen unitario (ya conocéis mi aversión por las colecciones interminables) donde Osamu Tezuka muestra su lado más oscuro, al que estamos poco acostumbrados.

En esta historia, el dios del manga nos traslada a la mente de un psicópata para narrar con todo detalle su truculento camino de violencia. Yûki, un joven afectado por una fuga de gas venenoso MW, se propone acabar con los responsables políticos y militares de aquel desastre. Le acompañará el cura Garai, un cura con quien mantiene una tormentosa relación sentimental. En este punto sorprende el tratamiento explícito de la homosexualidad, que es un gran tabú en Japón. Para ello, Tezuka se apoya en la tradición travestista del kabuki -no en vano, el hermano del protagonista es el afamado actor Tamanojô Kawamoto-.

A lo largo de las páginas de MW, como un best-seller que cumple todos los requisitos, encontraremos buenas raciones de sordidez: secuestros que acaban con la muerte de niños inocentes, chicas jóvenes envenenadas con LSD y picrotoxina (una sustancia que hace contraer las piernas hasta un orgasmo fatal), abuso sexual, indicios de zoofilia -el amor que siente Yûki por su perra Tomoe, que intenta devorar a más de uno, es bastante sospechoso-, tortura china, chantajes...

Entre estampas lujuriosas y visitas a clubs de alterne aparece el detective Meguro, representante de la ley que intentará detener las pretensiones de Yûki, un villano que va mucho más allá del manido "dominaré el mundo". Observaremos como testigos de excepción su doble vida (amará a diferentes mujeres y hombres a la vez, de distintas edades) y su ascenso social (de empleado de banca a miembro del partido del poderoso Nakata).

Debido a la longitud del manga, irán surgiendo tramas secundarias que completan su engranaje. Resultan curiosas las referencias a Yoshimoto, un escritor radical que prefiere quedarse en la teoría. Otro secundario interesante es el periodista Ahoaza, que lucha por destapar el caso después de tantos años. En el ecuador de MW se sitúa el falso hallazgo del gas letal en la isla Okinomafune, donde tuvo lugar el encuentro original entre Yûki y el sufrido sacerdote Garai. El primero no mostrará escrúpulos a la hora de tratar a sus rehenes, y cuanto más se acerca a su objetivo más cruelmente se comporta. Tampoco cuida su puntualidad, ni siquiera cuando se dispone a dar un golpe.

A pesar de todas las bondades de este tomo, cuando uno llega al final tiene la sensación de que no se han cerrado todos los cabos. Quizá sea cuestión de gustos, pero después de tantas páginas me esperaba un desenlace más contundente. Tezuka, con su particular humildad, confiesa en el epílogo que no logró su propósito de tratar todos los males de la sociedad. Aunque fuera cierto, no cabe duda de que MW cautivará a aquellos adultos que todavía tienen una imagen idílica del dibujante de Astroboy.