31.10.07

El verano del 79 según Rabagliati

¿Qué ha ocurrido con la editorial Fulgencio Pimentel? Después de sacar un par de publicaciones muy cuidadas (numeradas e impresas en papel de calidad) de dos autores inéditos en nuestro idioma, no hemos vuelto a tener noticias de ellos. La pregunta viene a propósito de la lectura de “Paul va a trabajar este verano” de Michel Rabagliati, una extensa novela autobiográfica sobre el aprendizaje y el paso a la madurez muy recomendable.

Al alter ego del autor canadiense se le daba mal el palanco de la imprenta. Acababa de abandonar el instituto por culpa de sus notas, después de ser expulsado del proyecto para el que había obtenido financiación. Por ello, la invitación a asistir como monitor de niños desfavorecidos en un campamento de verano fue recibida como agua de mayo. Luego se hartaría de los sándwiches parisinos de paté y el melocotón en almíbar, pero aquella burbuja de felicidad, esos días viviendo en grupo en plena naturaleza, permanecerían para siempre en su memoria.

En medio de un ambiente scout-religioso, Paul comienza soñando con Daniel Boone para superar su miedo a la oscuridad y la visita de los animales salvajes. Después recibe su primera clase de escalada de mano de un profesor bastante persuasivo, del que tomará ejemplo en adelante. No en vano, el protagonista recibirá unas cuantas lecciones vitales a lo largo del libro, como la riña que tiene con su compañera Annie a causa del trato con los críos. Sin embargo, el personaje sabrá sacar lo mejor de estos rapapolvos, llegando a enamorar a la monitora (preciosas escenas en la canoa y la camioneta).

Paul entablará una amistad especial con Marie, una niña ciega que se aferra a su muñequita sacapenas. Y después de algunas referencias al asteroide B-612 del Principito, el recuerdo de cejas enormes se desvanece con una secuencia espectacular, semejante al recorrido de una cámara aérea por encima del bosque canadiense. De este modo, el relato se convierte en un flash-back casi continuo, en un maravilloso recuerdo grabado a fuego en su corazón.

Cabe cuestionar si “Paul va a trabajar este verano” es demasiado largo. Quizá su creador pudo haber recortado algunas partes, no obstante, el epílogo ambientado en el presente, menos alegre e ingenuo que las páginas anteriores, sirve para realzar más aún los instantes mágicos de aquel verano del 79 (en este sentido, los antecedentes descritos al comienzo también aportan un valor añadido al nudo de la historieta). De ahí que el autor insista en retratar al final el aburguesamiento y la hipocresía propios de los adultos.

Es inevitable apuntar el parecido gráfico entre Rabagliati y el cacereño Fermín Solís. Sus trazos con pincel son prácticamente indistinguibles, aunque el dibujante de Montreal también usa a veces un rotring naif para apuntar detalles diminutos. El estilo caricaturesco (mezcla del underground y la escuela francobelga) contrasta sobremanera con el realismo de la narración, con la que el lector conectará rápidamente, buscando en su propia experiencia situaciones similares a las que aquí se cuentan.

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30.10.07

"Sediento de sangre", el mejor Kieth

“Sediento de sangre” recoge material de Sam Kieth para Marvel Comics Presents, con Lobezno como protagonista absoluto. Realizado a principios de los noventa, el autor de The Maxx se vuelca en este trabajo, plagado de dibujos detallados y unas cuantas viñetas repetidas (¿fue acaso uno de los impulsores de la tendencia?).

La primera saga de ocho episodios, escrita por Peter David, presenta a un Logan residente en Madripur, donde vuelven a aflorar sus instintos salvajes (y su tendencia a dormir entre lobos). Apenas comparte el tiempo con la hermosa Tyger Tigre, mientras el General Coy intenta apoderarse de la nueva droga que provee Cyber. Este ser oscuro y maléfico comparte con Lobezno, su antagonista, unas afiladas uñas y un pasado nebuloso.

El mutante de la Patrulla X tendrá que aguantarse las tripas después del primer ataque, al tiempo que su compinche indonesia se las arregla con el capo de la mafia ya sea con té o con ping-pong. Aquí Kieth empieza a esbozar lo que se convertirá en una de sus imágenes recurrentes: el superhéroe en postura fetal. Sus divertidas caricaturas se confunden en las escenas alucinatorias: ¿os imagináis a Lobezno flirteando con una chica antes del baile de fin de curso? ¿Y montado en un coche-salchicha?

“Sueños de Muerte” sirve de epílogo al volumen, una historieta guionizada por Howard Mackie y dibujada a toda prisa por el creador de Zero GirlTim Vigil se encarga de rellenar sus huecos— para conmemorar el número 100 de la citada cabecera Marvel. Lo más llamativo es la visión de Kieth de Los 4 Fantásticos, así como unir en la misma habitación a Lobezno, el Dr. Muerte y el Motorista Fantasma.

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29.10.07

Los clichés de Rita Reporter

Ha sido toda una sorpresa volver a toparme con Rita Reporter después de tantos años. Al fin he podido leer “¡Yo viví el París-Dakar!” (1985), el único álbum del personaje creado por Wasterlain aparecido en España –El hijo del Inca salió de forma seriada—, dentro de la colección Tope Guai! de Ediciones Junior / Grijalbo. Por ello, los aficionados nacionales han estado al margen de la evolución de Jeannette Pointu (su nombre original).

En el volumen se desarrollan varias historietas cortas conectadas entre sí antes de centrarse en la odisea desértica motorizada, de mayor extensión (una estructura similar a Las aventuras de Gill y Georges). En sus páginas, el autor combina a la perfección el modelo fotográfico –presente en la cantidad de detalles de las viñetas panorámicas—con su trazo dinámico y reconocible. Por desgracia, la traducción que se hizo en nuestro país no favorece en nada la lectura.

Rita Reporter es una fotógrafa poco femenina que, por encima de la exclusiva, prefiere involucrarse en la noticia. Sin embargo, algunos podrían pensar que es gafe, porque siempre hay accidentes por donde pasa. Su antagonista, el enchufado Jean-Patrick Jouffa, es partidario de métodos menos éticos, dando como resultado más de un encontronazo.

La reportera cubrirá para el rotativo “France Soir” el empujón a un ciclista del Tour, la accidentada visita de un diplomático, una competición de motocross (durante la cual entablará amistad con Freddy, piloto y mecánico de prototipos), y una carrera de Fórmula 1 –donde conoceremos a su hermosa amiga Carole y su novio Luigi La Bianci—. Luego saldrá la oportunidad de viajar a Beirut con Carlos, un cámara de TV que morirá en el campo de batalla. La crudeza de los dibujos en este tramo rechinan dentro de una colección juvenil como Tope Guai! De hecho, la protagonista, necesitará un retiro en casa de sus padres para superar su paso por el frente bélico (el papel de la madre, en este sentido, funciona de manera muy verosímil, al quejarse del aspecto masculino y de la profesión de su hija).

La segunda parte de la obra, centrada en el París-Dakar, constituye todo un homenaje a los participantes de esta heroica prueba. Wasterlain, además, nos recomienda llevar lunas y faros de repuesto por si acaso.

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24.10.07

Vic & Blood: otra historia de perros

El reputado escritor de ciencia-ficción Harlan Ellison (autor de la saga “Blood’s a Rover”, a la que pertenece “A Boy and his Dog”) sólo pudo asociarse con Richard Corben, un artista de reconocido prestigio en la fantasía futurista, para llevar a cabo su adaptación al cómic de Vic & Blood, quizá con la intención de trasvasar a los aficionados de un género a otro. El volumen se divide en tres episodios: “Rastrero” (un término peyorativo para un puli o perro de aguas), el mencionado “Un muchacho y su perro” –del que existe versión cinematográfica— y “Corre, pequeño, corre”.

Es el año 2024 y la detonación de varias cabezas nucleares ha cambiado mucho la forma de entender la vida en el planeta (y ya sabéis lo bien que se le da a Corb describir parajes desolados y hostiles). Ahora las personas se dividen en nómadas y solos, aunque también existen civilizaciones subterráneas y perros telépatas –un detalle colorear de manera distinta los pensamientos del can—. La comida, el ocio y las mujeres escasean, así que la llegada de Quilla June Holmes supondrá un punto de inflexión. Por el contrario, abundan las arañas gigantes y lo fantasmas alucinógenos. En este sentido, Vic & Blood es una obra sobre la lealtad de los animales y la infidelidad del hombre hacia éstos cuando se interpone el amor. Curiosamente, Corben ya había realizado una historia acerca de la especial relación entre un perro y su damisela en Rowlf, igual de desconcertante y revelador, pero con otros elementos y motivaciones.

Si hay alguna escena que destaque sobre las demás, ésa es sin duda la emboscada, llena de tensión y magistralmente planteada. También llama la atención la visita a Topeka, con ambientación de principios del siglo XX, donde el protagonista cumplirá una fantasía sexual muy propia del género: ejercer de semental en una comunidad que ha perdido su masculinidad. Y otra viñeta sobresaliente, capaz de dejarnos con el corazón en un puño, es la de Blood medio desnutrido esperando a su amo al final de la alcantarilla.

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23.10.07

Mujeres de blanco: reivindicando la BD

A principios de los noventa, Dragon Comics publicó en España cuatro volúmenes de la serie de Mujeres de blanco firmados por Bercovici y Cauvin: “¡Va de enfermeras!”, “¡Gasa en todas las habitaciones!”, “Todas en súper-forma” y “Las muchachas operan”. Y un quinto álbum, titulado “¡Sálvese quién pueda!”, se quedó para siempre en preparación. Desde entonces no hemos vuelto a saber nada de esta cabecera, aunque en Francia ya ronda las treinta entregas.

Las historietas, protagonizadas usualmente por el Dr. Minet –especialista en injertos— o por Nathalie (una estudiante de enfermería para disgusto de sus padres), poseen el mismo patetismo y trazo nervioso que los tebeos de Franquin o Morris. En total, sumaban unos cincuenta casos médicos graciosos, algunos incluso con guiños a otros personajes de Dupuis, como Tinieblo la Losa, un enterrador guionizado por el propio Cauvin y dibujado por Hardy.

Según avanzan las páginas, el estilo de Bercovici va depurándose hacia una estilización de las líneas –sus primeras caricaturas eran esperpénticas, con reminiscencias al Sr. Rossi—, al tiempo que mantiene un nivel de detalle casi puntillista. Es curioso que incluso las enfermeras van embelleciéndose progresivamente. Por otra parte, el tratamiento manual del color, tan escaso hoy en día, resulta muy llamativo.

Muchos chistes de Mujeres de blanco quedarán grabados a fuego en la memoria del lector (lo digo por experiencia, al reconocer ciertos gags en unos libros que salieron hace quince años). Entre la descoordinación propia de los hospitales y los pacientes chafados surgen chistes inolvidables, llenos de crueldad y humor negro: el joven al que le implantaron ojos de vaca y se quedó mirando trenes, el pianista con 27 dedos, aquel episodio de astronautas, la irrupción de Hulk en la sala de operaciones, la conexión televisiva, los problemas de incontinencia que surgen cuando te transplantan una vejiga de ratón, el bebé dentro de la caja-sorpresa, la máquina llena de cables debajo de la cual se mantiene a un hombre con vida (según los doctores), los zurcidos varios después de una cirugía inadecuada, músculos hinchables (con aire o con agua), capítulos navideños o aquel famoso caso de amnesia.

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22.10.07

Descatalogados y recomendaciones

Zinco, en sus últimos años de vida, editó algunos prestigios bastante interesantes, como Avance Rápido, la versión española del Fast Forward de Piranha Press. Se trata de dos volúmenes antológicos de historietas firmadas por una nómina de autores envidiable. Por ejemplo, Grant Morrison y Dave McKean presentan “Un vaso de agua”, el soliloquio de una bibliotecaria solterona plasmado con una técnica cercana a la fotonovela (no en vano, el dibujante debió tirar al menos diez carretes), a través de un diálogo entre la narradora y el lector que recuerda a las historias de Harvey Pekar –omnipresente en sus viñetas—.

Steve Purcell se encarga de “Toy Box”, un cuento infantil que bebe del nonsense británico –la influencia de Carroll es obvia—, con multitud de animales parlantes, sirenas Fiji que conceden deseos y el cucurucho Puddy, que dan como resultado una interesante fábula sobre el egoísmo y la ambición. “A caballo del sol” es en realidad un episodio aparte de Epicuro el Sabio, de William Messner-Loebs y Sam Kieth. En esta ocasión, el filósofo se acompaña de Platón, Homero y la ciega clarividente Casandra, para dar una vuelta de tuerca, en tono humorístico (¿cercano a Asterix?), al hermoso mito de Faetón.

El segundo tomo contiene “Rehén”, con acuarelas bosquejadas de Dean Motter en homenaje a su primo secuestrado en Líbano. “Carnicero”, de Douglas Williams y Brian Stelfreeze, narra la biografía de un ganadero que abusa de su hijastra. Sin duda, es un episodio dirigido a una audiencia adulta, con un ritmo narrativo muy llamativo y óleos hiperrealistas que acaban estremeciendo (atención a la página que describe el suicidio).

¿Y si la animadora del instituto invitara al chico menos popular para el baile de fin de curso, y su padre zombie tratara de impedirlo a toda costa? Éste es el planteamiento de “Lester Fenton y los muertos andantes”, comedia gore de Kyle Baker que garantiza unas cuantas carcajadas. Por su parte, “Miedo a caer”, de Andrew Helfer y Glen Barr, justifica la fobia a los aviones de su autor con una estructura clásica de nueve viñetas por plancha. Recuerdos del Challenger, revisión de cajas negras y desconfianza generalizada hacia los pilotos. En resumen, dos libritos muy recomendables para aquellos aficionados que disfrutan ojeando las estanterías de tebeos descatalogados.

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19.10.07

Obras menores de grandes autores

El trazo de Alberto Vázquez en “Alter Ego” es más tosco que en sus obras posteriores (semejante al estilo de “Freda”), pero el dibujo gana en matices gracias al uso del bitono –gris según la modesta edición de Polaqia—. Desde este título primerizo se nota la relevancia que tendrán los animales en la trayectoria del gallego. Ya sea por Merlín el gato o por la paloma (ambos como alegorías de la doble personalidad de Julio, trasunto del autor), el creador de Psiconautas sabe conectar con los dueños de mascotas con chistes como: “Es increíble que a estas alturas de la vida aún haya gente que acaricie a contrapelo”. Llama la atención la composición de algunas viñetas, como aquélla en que el amor es representado como una función de trapecismo con final trágico, al tiempo que el número circense conforma el rostro del personaje. Otro detalle artístico –las hojas de árbol que enlazan las páginas 15 y 16— queda truncado por la maquetación. Resulta excitante hallar en la escena final del abandono la génesis de lo que hasta la fecha puede considerarse su obra maestra, ya mencionada arriba y editada por Astiberri.

Un Miguel B. Núñez menos estilizado y más convencional es el encargado de firmar “Interferencias”, perteneciente a la colección Rara Avis de Subterfuge Cómix (¡vaya cantera!). Sus páginas están inundadas de sexo explícito y desenfadado entre amigos de la generación Kronen. Aparte de a M (el autor), conoceremos a la fogosa Adriana, la insegura Zóe, la bonita pero amputada Amanda y el poco escrupuloso Leo. Influenciada por el discurso generacional de Reality Bites, la historieta se desbordará después de un suicidio. Atención al encuentro en el tren con el lector de “Zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta” y el guiño a Paco Alcázar. ¿Me toparé algún día con “Demonios internos”?

Doce relatos componen “Dando tumbos”, la opera prima de un Fermin Solís que jamás volverá a firmar como Ferguson. Ricardo Mena –prologuista inseparable— menciona su admiración por Seth (y yo añadiría Clowes), patente en ese estilo feísta y aséptico. Sus cuentos son breves pinceladas, sugerencias para el lector, que se pronto verá acompañado por un buen número de personajes pintorescos. En “Pensión” ya están los bajos fondos y el cinéfilo de “Lunas de papel”, y el elemento nostálgico (como las referencias al Don Miki o los anuncios de objetos insólitos que figuraban en las antiguas revistas) empieza a convertirse en una constante que se sublimaría en títulos magistrales como “Los días más largos” y “El año que vimos nevar”. “Manitas de cerdo” tiene un arranque prometedor y un final precipitado, pero “El Sr. Jaume” y sus billetes de 50.000 pesetas, la cámara Kilian de “24 almas” o la virgen de la bola de cristal de “La primera vez” bien merecen un repaso. No en vano, el creador de “Las pelusas de mi ombligo” empezó a apuntar maneras y a destacar del resto de artistas coetáneos con propuestas así.

En “El segador de tus cosas”, Javier Olivares se muestra más expresionista y oscuro de lo acostumbrado, con un monográfico sobre la muerte lleno de poesía y humor negro. Dado el deficiente escaneo de Ediciones Camaleón, resulta complicado disfrutar en toda su magnitud de los collages tipográficos (incluida la colaboración con Jesús Gras), de microrrelatos como “La vaca que ríe” o las referencias a la ubicación imaginaria de Carencia. En resumen, garabatos cubistas y variaciones sobre un asunto trascendental con textos tan sobresalientes como: “Supongo que habrá un saco en alguna parte lleno con las cosas que se nos escapan”.

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18.10.07

Reseñas: Bone #4 (El Matadragones)

Bone #4: El Matadragones, de Jeff Smith y Steve Hamaker (Astiberri, octubre de 2007). 180 páginas. Color. PVP: 15 euros.

Leyendo este volumen me asaltó la duda… Si la serie está enfocada a todos los públicos, ¿no resulta políticamente incorrecto que el inconsciente de Smiley fume puros? Mientras tanto, su primo Phoney, como ya hiciera en la carrera de vacas, vuelve a engañar a la comunidad de humanos de Barrelhaven, convenciéndolos ahora de la necesidad de defenderse de los dragones. Lucius, por su parte, se muestra más reservado e inquietante que nunca, y a la abuela Ben se le pierde la pista en el bosque después de sufrir el Pasmo. Thorn, con su espada de princesa, secciona el brazo del mismísimo Kingdok, cuyos ataques constituyen una de las escenas más terroríficas de la serie (¡llega la sangre al idílico mundo de Bone!). El pequeño Fone, en cambio, con poca relevancia en esta entrega, se encariñará de una cría extraviada de mostrorrata y la cuidará en secreto. Los hombres de Pawa también se situarán en el bando contrario, al tiempo que la joven rebelde sigue teniendo sueños reveladores y conoce a su cuarteto protector. Otro instante sin desperdicio se produce durante la huida a Boneville del Bone más avispado, cuando atrape por sorpresa al dragón rojo.

En los ocho episodios que contiene el tomo podremos disfrutar, entre otros, de los paisajes del Valle y de las tenebrosas reuniones del Señor de las Langostas que recrea Smith, un autor cuya máxima continúa siendo: “para mantener la tensión, los protagonistas jamás deberán estar juntos”. Hamaker, por otro lado, quizá abuse con los efectos de volumen del color (mirad por ejemplo la imagen que acompaña a este texto), cuando se trata de una cabecera que pide a los cuatro vientos tonalidades más planas. No obstante, se mantiene el nivel medio-alto de la serie y se lee en un periquete. ¡Y ya se anuncia para finales de año el quinto libro: Rock Jaw, Señor de la Frontera Oriental!

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17.10.07

Reseñas: La Cosa #4 (y otras grapas)

Los 4 Fantásticos #16, de Slott, DiVito y Villari (Panini, octubre de 2007). 52 páginas. Color. PVP: 3,25 euros.

“Patas y adelante” es una entrañable historia autoconclusiva donde la figura de Mandíbulas, el perro de los Inhumanos, sirve de hilo conductor. Sólo Ben Grimm se preocupará por quitarle la astilla de mármol lunar que le inquieta. ¡Y ved más abajo cómo se lo agradece, enganchándose a su pierna! Como en el fondo es un buenazo, la Cosa hará de canguro de Franklin y Val Richards, y juntos aprenderán una lección paternalista sobre el valor del dinero. Bloque de Choque es el villano mediocre al que tendrá que medirse en esta ocasión. Por cierto, el enorme can es capaz de coger las tapas de alcantarilla como si fuesen frisbies… ¿Tendrá continuidad en la serie? Como muchos dibujantes de Marvel, Andrea DiVito no sabe dibujar niños –Byrne pintaba enanos— y a Laura Villari se le va la mano con la paleta cromática. Dan Slott, sin embargo, firma su historieta más redonda para la cabecera, con momentos divertidos y algunos detalles memorables.

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>> En Lobezno #17 –con portada de Quesada emulando a Mucha—, Sam Kieth dibuja las 11 páginas de “Hombre muerto caminando”, un guión nostálgico de Matt Fraction. Tras un repaso por los míticos enfrentamientos de Logan con Jean Grey, los Centinelas o Dientes de Sable, el capítulo se desvía hacia el recuerdo de Johnny, un amigo anónimo del mutante que se sacrificó en vano. El creador de The Maxx demuestra aquí que sigue en forma para afrontar el género superheroico, y si antes parecía vago, ahora es capaz de aparentar eficacia y estilización. El escritor, por su parte, reduce la existencia de Wolverine a un ajuste de cuentas en un oscuro callejón.

>> ¡Cuidado que llega la fiebre de la grapa de Planeta! La única excusa para comprarse el Superman/Batman #1, vol.2 es que el lector sea un fan acérrimo (y onanista) de Kevin Maguire, autor de los dibujos de la primera historieta. No en vano, el escritor Mark Verheiden le sirve en bandeja una trama creada a su medida, con Power Girl y Cazadora como dos versiones travestidas de Superman y Batman. El cambio de cuerpos y mentes se debe al ataque del Ultrahumanita (sic) y Brainwave, con cameo de Solomon Grundy incluido. Desgraciadamente, el guionista es bastante conservador e impone a sus personajes la neblina amnésica necesaria para mantener el statu quo del universo DC. Punto negativo para las portadas horripilantes de Van Sciver (en concreto, la escogida para la edición española) y mención especial el color de McCaig, que al menos no resulta chillón. Con estos antecedentes, el segundo episodio ni siquiera lo he ojeado.

16.10.07

Reseñas: Gus #1 (Nathalie)

Gus #1: Nathalie, de Christophe Blain (Norma Editorial, septiembre de 2007). 80 páginas. Color. PVP: 16 euros.

Al autor de Isaac el Pirata se le ha comparado con Morris por su nueva andadura en el western, con Segar por las mandíbulas prominentes, con Coll por la estilización de sus personajes, con Herriman por su dinamismo sin palabras… Y yo añado a Shelton, si nos atenemos a ciertas expresiones faciales. Lo indudable es que su flamante Gus ya huele a clásico desde la mismísima portada.

Este álbum contiene cinco historias más o menos extensas (de 8 a 34 páginas) protagonizadas por Gus, Clem y Gratt, tres forajidos –que a veces trabajan del lado del sheriff— especializados en asaltos a trenes, y cuya mayor obsesión no son sino las mujeres de hermosos vestidos. Sólo por ellas se pondrían sus mejores galas, en un cortejo que suele acabar con el popular “aquí te pillo, aquí te mato”. ¡Incluso subirían a cantar a un escenario!

Blain integra cine mudo (las caídas desde el cañón), estampas de la época (en precioso sepia) y bocadillos de pensamiento que terminan desbordando la realidad de los personajes. En este sentido, los colores planos de Walter encajan a la perfección con los divertidos experimentos del dibujante, siempre imprevisible.

Lo más destacado del volumen es la aventura larga titulada “El Dorado” y su epílogo “Isabella”, por la actitud caballerosa de Clem –el único que no va presumiendo de sus triunfos con las señoritas— y la presencia de la linda pelirroja que se gana la vida con la fotografía. Curiosamente, las demás féminas que pululan por el tomo comparten profesión artística: pintoras lanzadas, poetisas maduras… Cuando unos cuatreros peguen fuego al escondite (decorado como un lupanar) de Gus y compañía, al fin comprenderán el extraño comportamiento del más silencioso de la banda –¿escribía cartas o se masturbaba?—.

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15.10.07

Reseñas: La Cosa del Pantano #10

La Cosa del Pantano #10, de Moore, Bissette y Totleben (Planeta de Agostini, septiembre de 2007). 48 páginas. Color. PVP: 3,50 euros.

Con la saga “Los periódicos de cara nuclear”, Moore quiso aportar un mensaje ecologista a la serie, puesto que contaba con un personaje que encarnaba a la mismísima Madre Naturaleza. Lo que en manos de otro guionista podría haber quedado como un vil panfleto sobre radiaciones nucleares, el autor británico lo transforma en un argumento apasionante para su Cosa del Pantano.

En la trama habrá adictos a las bebidas tóxicas, vagabundos y alcohólicos desaparecidos, una mujer encinta y un esposo lleno de remordimientos, así como un recuerdo a la tragedia de Bloomsville (Pennsylvania). No en vano, el pantano de Illinois ha sido escogido para depositar allí algunos barriles de residuos.

Bissette y Totleben (y el color postholocáustico de Tatjana Wood) vuelven a brillar con luz propia, especialmente en la escena en que Cara Nuclear apoya su mano radiactiva en el torso de Swampy: “Algo brillante y horrible rozó el mundo”, dice el poeta. A continuación seremos testigos de la descomposición física de la Cosa del Pantano, y de uno de los grandes momentos de esta colección. Me refiero al informe policial con las distintas versiones de los acontecimientos, donde declaran el Agente Bernhart, Wallace Monroe y su mujer Treasure –atención a la imagen congelada tras la noticia de su contaminación—, Billy Hatcher, Abby Cable y el propio Cara Nuclear.

Después de un planteamiento tan prometedor, al lector le resultaría imposible abandonar la cabecera a estas alturas. De hecho, La Cosa del Pantano se ha convertido en una garantía mensual de calidad.

La edición de Planeta en este número es bastante discutible: por un lado han borrado la numeración original de las páginas (¿por qué, si luego no lo renumeran?), y por otro, se insertan algunas traducciones de los recortes de prensa que aparecen en esta aventura, de manera que se interrumpe la composición inicial del tebeo. Por otra parte, esta entrega ha salido más tarde de lo habitual –antes salía a principios de mes—, aunque en esta ocasión sí se incluye la cubierta perdida.

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11.10.07

Reseñas: Recluta con Alien

Recluta con Alien (y dos historietas más), de Calo (Aleta/Dibbuks, septiembre de 2007). 40 páginas. Color. PVP: 5,95 euros.

Primer álbum íntegramente coloreado de Calo, presentado en un formato manejable y asequible… ¿Para cuándo más colaboraciones entre Aleta y Dibbuks, si el resultado es tan satisfactorio? “Recluta con Alien” es el relato más extenso del libro, y el más redondo del autor castellonense hasta la fecha (con permiso de “La veredita alegre”). El dibujante sigue la senda del cómic erótico –aquél que despierta los bajos instintos del lector a través de la fina sugerencia—, desarrollando elegantes escenas sexuales entre la vecinita Lucy y el monitor Ricky dentro de la nave o en el mismísimo Anillo de Mongus. Destaca la peculiar paleta de colores del artista, preciosista y cercana a Lewis Trondheim incluso en algunos diseños. La recluta le cogerá cariño al forghourlm (una variante amable de los trolls de David el Gnomo), para acabar poco después en medio de un guateque sideral –el hedonismo continúa siendo una constante en la bibliografía de Calo—.

El volumen se completa con dos historietas más breves y anecdóticas. En el caso de “Go West”, atribuida a Captain Buffalo, es una pena que termine tan pronto, pese a que el planteamiento se asemeja bastante al de “El Gran Duque”, de Lucky Luke. Aquí, el caballeroso Big Jim es el encargado de ocultar a la señorita de turno el lado más salvaje del Oeste. Por último, “When Titans Flirt”, de trazo más realista, tiene como protagonista a una heroína vestida de colegiala (tú sigue así, Calo…), que tendrá que enfrentarse a una horda de zombis que campa por la ciudad. ¿Otro aficionado a Invencible?

Después de una entrega tan deslumbrante, sólo cabe cruzar los dedos para que el creador de Ángela y Clara no tarde en presentar material nuevo igual de interesante.

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10.10.07

Reseñas: Ranchiquen

Ranchiquen and Ouch! Compilation, de Jorge Parras (Pure Basure, septiembre de 2007). 48 páginas. B/N. PVP: 3 euros.

Jorge Parras aprovecha el tirón que tienen sus tiras tras pasar por revistas ejemplares como El Manglar o ARGH! y reúne su obra dispersa, incluyendo material inédito y descartando sus títulos primerizos (aquellas historias de piratas en Fanzine Enfermo), para ofrecer al lector un conjunto más o menos homogéneo. Como reza en una viñeta, “Ouch!” no tiene pies ni cabeza, pues se trata de un retablo inconexo lleno de diálogos ingeniosos y sorprendentes sentencias. Es una pena que, dado el carácter austero de la publicación, se pierdan los colores de los chistes originales, y que el reducido tamaño del libro no permita disfrutar de los dibujos en todo su esplendor (aunque muchos están visibles en la web). Entre lo más sobresaliente del volumen encontramos el verdadero origen de Cara de Ojete, uno de los personajes recurrentes de Parras. ¿Y no es Yei el nombre de la chica de Llerk Valley? La referencia a Johnny Ryan resulta inevitable después de leer tantos gags con perversiones sexuales, animales maltratados y monigotes de carne líquida.

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9.10.07

Reseñas: ARGH! #3

ARGH! #3, de varios autores (Pure Basure, septiembre de 2007). 48 páginas. Bitono. PVP: 5 euros.

La entrega más reciente de ARGH!, con bitonos amarillos, marrones y grises, es el más colorido hasta la fecha y, a la vez, el más escatológico e internacional. Con la única premisa de hacer historietas mudas en tonos gualdas (con algunas excepciones onomatopéyicas), imaginaos la lluvia de ideas en la redacción del fanzine. Es una gama que invita a escribir sobre el sol y el desierto, bombillas, taxis y tigres; cascos de albañil y chalecos reflectantes; fuegos devastadores, pepitas de oro y bilis; queso, monedas, limones, pis y lápices Staedler; margaritas y… ¡Caperucita Roja!

Los prolíficos mentores de esta revista –Jorge Parras y Elfelix— vuelven a lucirse con sus respectivas páginas. “Honky ‘n’ Smonky” reivindica las tiras sobre cuescos huérfanos y concursos guarros, mientras avisa de lo peligroso que puede ser retener líquido en un aseo público. “Gold Fever” es más ambicioso, como relato acerca de la codicia y la violencia humanas, con esos fuegos fatuos y almas en pena marca de la casa. Pero lo más espectacular de Félix Díaz es sin duda su doble póster sobre el sueño húmedo de un adolescente. Parras, por su parte, cuenta con ocho planchas para narrar la “Biografía escalonada de Norman Norbich”, uno de sus trabajos más destacados a día de hoy, con un oso manco, botas de piel de serpiente y ardillas pirómanas. Él sí que sabe sacarle partido al humor sin palabras.

Otros autores llamativos de este número son Martín Romero, más naif aquí que en otros lares y sin embargo siempre exquisito, con el cuento de amor trágico entre una mujer consumista y un abnegado gigante titulado “El Puente”. En “Future Days”, Brais Rodríguez habla de mandrágoras y sicomoros, de una realidad más oscura y remota que la que conocemos. El enigmático aspecto de sus personajes (un detective-pájaro, un robot y un hombre risueño) logrará estremecer al lector.

Entre los artistas foráneos volvemos a toparnos con Bob Flynn y su espejismo de oasis. No obstante, sobresalen por derecho propio los sensacionales dibujos de Moki, una especie de Jeff Smith onírico y surrealista; y del tándem Daniel Rodríguez / Rötör, con su “venganza del huevo frito” o cómo unos pájaros enormes dan de comer niños a sus crías. Desde Alemania, Heiko Müller nos brinda una imagen aviforme de la muerte. Un Luis Demano apocalíptico propone una portada a medio camino entre Shiva y Chris Ware, con la carrera armamentística como telón de fondo. En la misma línea, más centrada en el diseño que en la narración gráfica, se sitúa la ilustración con melódica de Mar Malota. Asimismo, “Bitter Fruit” de Pau Masiques –uno de los colaboradores que más en serio se ha tomado la propuesta estética de la revista— es otra muestra de un estilo propio y consolidado.

Richard Camara pervierte el cuento de Caperucita hasta límites insospechados, con una niña siniestra y una abuela imprevisible, logrando un tebeo bastante divertido. Martín López, responsable de Gráfica Valiente, apuesta por la depuración, el collage, los superhéroes y las felaciones en “The Last Kiss of Yellow Smiley Face”. Daniel García se fija en los pecados confesados y las fantasías contagiosas, en una breve pero efectiva historieta. Y Ferrán Esteve pone la nota depresiva y caricaturesca con un “Josef D. Presión” centrado en los males de la televisión.

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8.10.07

Reseñas: Barsowia #10

Barsowia #10, de varios autores (Polaqia, septiembre de 2007). 84 páginas. B/N. PVP: 5 euros.

Sonia Pulido, ilustradora de moda con gran presencia en dominicales, es la encargada de la cubierta en la última edición de la revista de Polaqia, ahora en formato lomo (más parecido a sus paisanos de BD Banda). Sin duda, el verdadero atractivo de Barsowia se encuentra en la diversidad de sus propuestas, casi todas surgidas de lo más profundo de unos autores jóvenes y prometedores cuyas páginas aún destilan creatividad sin cortapisas.

Por ejemplo, a Esteban Hernández (Culpable e historias cortas) le contaron la leyenda urbana de la serpiente que mide a su dueño antes de comérselo –algunos la habréis escuchado—, la creyó real y le dedicó tres páginas en “A boa triste”. En cambio, David Rubín se ha convertido en un valor seguro gracias a unas pinceladas ágiles con reminiscencias de Peeters y sus encantadoras tramas de puntitos. En las doce páginas de “Hectoplasmic Carcrash Dinner” nos presenta una terrorífica escena de carretera, con personaje despellejado incluido, una nota común con la historia de Benlloch y Bonfiglio titulada “De nada”. El guionista gallego, como siempre imprevisible, narra la tragedia del único superviviente de un naufragio. Brais Rodríguez también homenajea a Tumbita con su primera clase de narrativa gráfica a lo McLoud, realzando la importancia de la línea sobre el blanco –no os perdáis su último proyecto para Ediciones Ultralimitadas; este autor debería dar el salto y reunir sus páginas, como ya ha hecho Jorge Parras en Ranchiquen—.

Benlloch escribe asimismo “A parábola do cartógrafo”, una pequeña fábula que hubiese brillado más de no haber contado con los lápices de Hugo Covelo (autor de “Humberto Gafapasta”, la tira más autobiográfica de Barsowia). En “Asasinos”, ayudado en la tinta por Sergio Covelo, fantasea sobre las ceremonias de unos extraterrestres con tendencias bastante humanas, un concepto similar al “Auxe e declive da civilización xupiteriana” de Hernández y Bernal, donde los aliens tienden a minimizarse.

“El jardín atómico” de Álvaro López sigue ofreciendo episodios de adolescentes inquietos con ciertos elementos de ciencia-ficción. Si bien su trazo podría compararse a veces con el de Paul Pope, el dibujante nos sorprende a menudo con flagrantes desproporciones. Por desgracia, el anecdótico “Max Calavera” de Luis Sendón está en la senda del mínimo esfuerzo –¡repetición de viñetas en una historieta de cuatro páginas!—. Por su parte, Carlos Vermut opta por la sugerencia en la breve “Fin de curso”. Roque Romero con “Cotton crown” y Miguel Robledo con “Os estigmas de Bahika” coinciden en utilizar el símbolo de la corona, uno en un sentido más onírico (atención a la misteriosa criatura siamesa) y otro con la misma planificación lúdica de un manual de colegio (incluyendo acotaciones teatrales y evitando bocadillos a la vieja usanza, como Kyle Baker).

Mario Feal se encarga del pintoresco chiste subtitulado “Ladies coruñesas”, que podría encajar a la perfección en el suplemento “Blanco & Negro”. José Domingo es capaz de paralizar el tiempo en “¡Ding dong!”, donde hay muestras de la influencia de Carlos Giménez. En “Explorer Smith”, de Portela y Kohell, sobresale esa viñeta en la que el protagonista parece investigar una casa de muñecas, antes de desvelar por completo el enigma que esconde una fotografía antigua (¿el del bigote es Edgar Allan Poe?). En otra línea, López y Bonafuente firman el caricaturesco “Falso Apocalipse”.

La revista Barsowia parece gozar de buena salud, superándose en cada entrega y contando con más anunciantes que antes –los aficionados que vayáis a visitar Galicia próximamente ya podéis apuntar las direcciones de las librerías y locales incluidos—. ¡Una ocasión perfecta para perfeccionar el idioma!

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3.10.07

Reseñas: Solo #6 (Jordi Bernet)

Solo #6: Jordi Bernet (Planeta de Agostini, septiembre de 2007). 48 páginas. Color y B/N. PVP: 3,95 euros.

El autor de Clara de Noche y Torpedo se une a una legión de guionistas brillantes en este trabajo para DC. “Espinazo” tiene guión de John Arcudi –y un color degradado de los hermanos Hovie que no favorece nada el trazo clásico y caricaturesco de Bernet— sobre un misterioso huésped que provoca las pesadillas carnívoras del joven de la casa. “Motivación”, en riguroso blanco y negro, cuenta con la colaboración de Joe Kelly, que da la oprtunidad de lucirse al artista, con escenas de strip-tease y bocadillos fuera de viñeta donde se revelan secretos íntimos y una historia de masculinidad herida.

El mismo argumento posee “Venenosa”, escrito por Brian Azzarello –y coloreado por Mulvihill, otro que traiciona el pulso académico del dibujante catalán, aunque éste tampoco se muestra en su mejor momento—, con un Batman arrollador abofeteando a Hiedra Venenosa. En la violenta “A otro perro con ese hueso”, Andrew Helfer se decanta por el género carcelario y cuatro perros viejos acostumbrados al código interno de la prisión. La historieta cuenta con colores de José Villarubia, los más sobresalientes junto a la labor del valor seguro Dave Stewart (no es fácil colorear a artistas tan personales), responsable de las tonalidades de “El cebo”, quizá el mejor episodio de esta antología. Ideado por Chuck Dixon, se trata de un western con todos los ingredientes para convertirse en joya del noveno arte. No bajéis la guardia mientras el desfigurado Whiskey Sam Martin desvela su pasado y sus ansias de venganza junto a la hoguera.

En definitiva, un Solo muy recomendable, como la gran mayoría de los editados hasta la fecha, con pequeños defectos como ese boceto de principiante publicado en la contraportada. ¡Cualquiera de los que sale en el interior hubiese sido más acertado!

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2.10.07

Reseñas: Brigada Planetaria #2, Orígenes

Brigada Planetaria #2: Orígenes, de Giffen, DeMatteis y Bax (Norma, septiembre de 2007). 72 páginas. Color. PVP: 8 euros.

Llama la atención la rapidez con que Norma ha lanzado este segundo tomo de Brigada Planetaria. En EEUU el último número salió en abril de 2007 (debido a ciertos atrasos con las entregas), o sea que apenas hay cuatro meses de diferencia. ¡Y ya anuncian el próximo de Héroe al Cuadrado para finales de año! Lo primero que agradecerán muchos aficionados será que Giffen y DeMatteis se han aliado ahora con una sola artista, Julia Bax, aunque su labor resulta muy mediocre –¿os acordáis de los dibujos que publicaban en el Correo del Lector?—. El color de Imaginary Friends tampoco ayuda mucho (al menos en la primera historia), pero luego mejora, y más tarde llega un casi efectivo Sumi Park, con sus tonalidades de acuarela. ¿Pero con qué clase de gente se mueve la pareja de guionistas? ¿Habéis visto los verdes de Jeremiah Harm? Sólo se salvan de la quema las cinco páginas de Mike Cavallaro de corte cartoon, cuya apariencia juvenil aporta más sarcasmo aún a los diálogos.

El villano Mister Master será el hilo conductor de los tres episodios que contiene el volumen. Usa la misma dialéctica que Lord Manga y ama la poesía de William Blake (dedicándole el famoso poema de “El Tigre” –el de Watchmen— a sus queridos perritos de la pradera mutantes). Y hay otras equivalencias… ¿No recuerda el papel de supervisor de planetas del Capitán Valor al Omniman de Invencible? ¿Y Peleón al General Gloria? ¡Pero si hay hasta un decorador de planetas, pero en vez de Mr. Nébula se llama Esthetikon! ¿Dónde están esas ideas, chicos? Por no mencionar el parecido con la Liga de la Justicia en la manera de tratarse unos a otros (choque de egos entre idiotas y cargantes).

No obstante, el gran valor de la serie reside en sus personajes. En este ejemplar desfilan el Caballero Sombrío y su falta de sentido del humor, la Diosa Tierra (otro de los papeles más serios), Mr. Brillante antes de ponerse como una foca –¿un problema de tiroides?—, el Visitante Malva, un experto en martinis bastante amanerado (sobre el que recae gran parte de la comicidad de Brigada Planetaria), el joven acompañante Spunky (léase Robin) o el Cazador Alegre –un trasunto de Green Arrow con sobredosis de cafeína—.

En el bando contrario se sitúan los Bergantes Planetarios, con Excreta, Sirena, Geneti-Bruja y Lord Toxic en sus filas. Gatita Ron-Ron, a la que ya conocíamos de la anterior entrega, adquiere especial relevancia a partir de la mitad del tomo. Como buena felina, es traidora por naturaleza, y cambiará de equipo cuando lo crea necesario (a mi juicio, una de las novedades más originales de Giffen y DeMatteis). ¡Y ojo que desvela su verdadera sexualidad!

Después de ver de pasada al Patinador Celestial, Tercer Ojo se presenta en el tercer episodio con un poder devastador. No debemos olvidar la mascota del arriba citado Esthetikon, de nombre Mecenas. El volumen se cierra, además de con las consabidas portadas originales, con el retorno de Calígine y Sloat, cerrando el círculo en un tebeo bastante divertido pero horriblemente mal dibujado.

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1.10.07

Reseñas: X-Statix presenta... Chica Muerta

X-Statix Presenta: Chica Muerta, de Milligan, Allred y Dragotta (Panini Comics, septiembre de 2007). 120 páginas. Color. PVP: 8,60 euros.

¿Quién es Lastimoso? Según sus propias palabras, un villano humillado por multitud de superhéroes. Junto a sus compañeros muertos, gracias al eau du profundis que les permite revivir durante 24 horas, pondrán a prueba al Dr. Extraño, en plena crisis de hemorroides. Milligan, Dragotta y Allred recuperan a los personajes más entrañables de X-Statix para esta historia autoconclusiva: una hermosa Chica Muerta, coprotagonista de la trama junto a Stephen; el llorón Guy Smith y su inseparable U-Go Girl –¡el esperado reencuentro!— ; y El Anarquista, esta vez en el bando contrario. Pero el desfile de estrellas invitadas no se detiene ahí: la mismísima (y bellísima) Gwen Stacy, Pájaro Burlón o Moira ayudarán a los mutantes durante su travesía infernal. Y el Jinete Fantasma, el Pianista y el Hombre Hormiga (con su comprensible fobia a los microbios) también se unirán en la empresa, pues tendrán que enfrentarse al Anciano, Mysterio, Kraven y Miss America. Igualmente, sobresale entre los secundarios Wong, el fiel ayudante del mago, que saldrá escaldado de la experiencia.

Mientras Milligan opta por caricaturizar a los personajes usando un tono cómico durante toda la saga (similar al de “No puedo creer que no sea la Liga de la Justicia” –no en vano, este volumen podría convertirse en la secuela lógica de “Les Llamaban Los Defensores” de Giffen y DeMatteis, dada la omnipresencia del Dr. Extraño—), Dragotta y Allred se alían para hacer un trabajo gráfico espléndido con decorados imposibles (aunque el tratamiento del color tiende a desenfocarlo todo).

En X-Statix Presenta: Chica Muerta, los autores hablan de la devaluación de la muerte en los cómics superheroicos y de la cuestionable resurrección de los vigilantes más populares a petición del público. No os perdáis la escena protagonizada por el presidente de EEUU y su patito de goma, breve pero impagable. La edición de Panini incluye un breve artículo de Julián M. Clemente titulado “Necrofilia”, así como las cubiertas originales de la serie limitada.

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