12.6.05

Blake y Mortimer en El País

Este viernes adquirí junto con el diario El País el volumen correspondiente de Blake y Mortimer: La Marca Amarilla, un clásico del cómic europeo que no conocía y que me ha proporcionado un grato momento de lectura (gracias a La BD por la recomendación). La edición del periódico contiene la versión íntegra de la obra, de 66 páginas, y además reproduce cuatro cubiertas alternativas del álbum elaboradas con acuarela.

Es inevitable hacer comparaciones entre géneros mientras se lee un clásico del cómic belga con tanta carga literaria... ¿A qué altura quedan los mamporros superheroicos? El tebeo de Edward P. Jacobs, ayudante de Hergé y continuador de su línea clara, presenta un relato cabal, de estructura casi academicista, equilibrando el detallismo y la sencillez. A través de sus peculiares bocadillos (algunos más grandes que el propio dibujo), el autor es capaz de trasladar al papel la idiosincrasia británica, mientras sus viñetas evocan la atmósfera londinense a la perfección: la sempiterna niebla, el paisaje adoquinado, los claroscuros provocados por las linternas, el submundo de las cloacas, las pipas humeantes, los laboratorios llenos de palancas y accesos secretos...

En el caso de La Marca Amarilla, el espía del Servicio Británico Blake y el profesor de Física Nuclear Mortimer deberán hacer frente a Septimus, un científico que ha perdido la chaveta y que intenta vengarse aquello que pusieron en entredicho sus teorías sobre la Onda Mega. Para ello lleva a cabo un minucioso plan (con el conocido villano Olrick de por medio) que pondrá en cuestión la labor de la mismísima Scotland Yard al robar la Corona Británica.

Jacobs se apoya en sus dos personajes para que la investigación se desarrolle a través de varias vías, evitando un argumento lineal y enlazando varias tramas paralelas. Por si fuera poco, reproduce escenas de persecución verdaderamente apasionantes (la del muelle no puede ser más cinematográfica), mientras que los protagonistas, muy bien definidos, dejan entrever su carácter a través de unos diálogos brillantes (llenos de anglicismos). Sin ir más lejos, Blake deja notar su lado más presumido cuando insiste, por dos veces, en quitarse el batín y vestirse como Dios manda antes de que lleguen las visitas. Asimismo, al final, a modo de moraleja, lanzará un ¡Feliz Navidad! bastante fuera de tono -como ocurre con esas series americanas que han repuesto tantas veces: los episodios sobre Santa Claus siempre se emiten en verano-.

4 Comments:

At 10:22 p. m., Blogger Javier Arriola said...

De nada hombre, que para eso estamos. Me alegro que te gustara.

 
At 11:41 p. m., Anonymous Anónimo said...

Tengo curiosidad por ver los álbumes que ha hecho André Juillard sobre los personajes... ¿qué tal están?

 
At 9:32 a. m., Blogger Javier Arriola said...

Siento decirte que no los he leído. Pero en cuanto los lea, te daré mi opinión.

 
At 5:13 p. m., Anonymous Anónimo said...

Es que me gustó mucho su "Diario Azul" y ¿"Después de la lluvia"? No me acuerdo si ése era el nombre de la secuela, pero son dos cómics estupendos.

Gracias por opinar, Javier.

 

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