13.9.08

Reseñas: Invencible #9

Invencible #9: Tres son multitud, de varios autores (Aleta Ediciones, agosto de 2008). 160 páginas. Color. PVP: 15 euros.

A veces, las editoriales menos experimentadas en el género son las más apasionadas en su trabajo, quizá porque aún conservan la ilusión de sacar adelante productos con un valor añadido. Estamos hablando de Aleta, que vuelve a agasajarnos con gran cantidad de material extra en este volumen: la introducción de Eric Stephenson, los bocetos de desarrollo de la serie comentados por el guionista –al más puro estilo making of—, y la inclusión de “El Pacto” (un número especial dibujado por Jason Howard y protagonizado por los jóvenes héroes de Image Firebreather, Zephyr y Shadowhawk). De este modo, uno se vuelve más benévolo si luego encuentra errores de rotulación…

Invencible está lleno de clichés, pero la sabiduría de Kirkman convierte esta cabecera en algo novedoso. Frente a la pobreza argumental de algunos escritores más lineales, el autor de Los Muertos Vivientes se decanta por aunar multitud de tramas, manteniendo la sensación de amenaza a lo largo de cientos de páginas y guardándose las sorpresas para el momento adecuado (ahí están esa vertiente gore y las reacciones imprevisibles del protagonista). Ottley, por su parte, convence por su expresividad y ciertos splash-pages espectaculares, pero repasando las entregas anteriores parece que está cada día más vago.

Por ello, resultaría muy complicado resumir todo cuanto ocurre en este tomo. Primero, un triángulo amoroso imposible: Mark Grayson y Amber visitan a Athom Eve, que ahora vive en África mientras aumenta el dominio de sus poderes. Art sigue siendo el sastre confidente, al tiempo que Robot usa a los gemelos Mauler para lograr una clonación perfecta. Luego hay unos cuantos guiños sutiles a otras cabeceras: Brit –con esa irrupción actualizada de Mastermind—, Spiderman (Octopus incluido) o Batman, merced al poder teleportador de Angstrom Levy. No podemos olvidar la presentación oficial de Shapesmith –aquel alienígena infiltrado— o la impresión que da toparse con los Guardianes de la Tierra del futuro. Por último, descubrimos la faceta como escritor de ciencia-ficción de Omni-Man, que podría ayudar a Invencible a destruir a los viltrumitas.

Kirkman es absorbente como una esponja, un hábil cocinero que sabe dosificar los ingredientes precisos y que a veces muestra su lado más extremo, pero siempre resulta ágil y entretenido. Si queréis demostrarle a alguien que aún se siguen haciendo cómics de superhéroes decentes, no dudéis en recomendarle Invencible.