3.2.05

Tebeo del mes: Reseña de 'Big Baby'

Big Baby (La Cúpula, enero 2005). 100 páginas. PVP: 7,80 euros

Por fin edita La Cúpula esta novela gráfica del desquiciado amante de los zombies Charles Burns, que está dedicada a uno de sus personajes más carismáticos: Tony Delmonto, esto es, Big Baby (o Niñato, como ellos mismos lo traducen en una historia). Quizá por seguir fielmente la edición de Fantagraphics, el volumen contiene, entre otras, Club de sangre, que ya fue publicada en 2000 dentro de la colección Brut Cómix (y que además ganó el premio a la mejor obra extranjera del Saló de Barcelona). Las otras aventuras se titulan Big Baby, La maldición de los hombres topo y Plaga juvenil.

En Big Baby, a Burns le bastan dos páginas para presentar a su personaje y meternos de lleno en el sadismo de sus juegos, observando desde un primer plano la crueldad con la que trata a sus soldaditos de plástico. La maldición de los hombres topo es una historieta que parte de las agresiones que un vecino de Big Baby propina a su esposa a causa de los celos. Con la excusa de que se está construyendo una piscina junto a su jardín, Delmonto tendrá un nuevo escenario para dar rienda suelta a sus particulares fantasías, en las que confunde la inquietante realidad que le rodea con las imágenes terroríficas que quedaron grabadas en su mente mientras veía la televisión. De esta manera, Big Baby accede a un mundo subterráneo donde habitan mujeres topo con antenas resplandecientes y hombres encarcelados cuya única función es engendrar sabe Dios qué híbridos monstruosos.

Plaga juvenil puede considerarse un antecedente de Agujero Negro, la gran saga sobre jóvenes infectados por un extraño virus que el dibujante acaba de finalizar (y que La Cúpula pretende editar este mes de febrero). En ella, Burns hace un planteamiento muy interesante al presentar una estructura de "relato dentro de otro", pasando con un ritmo trepidante de las vivencias de Tony Delmonto al cómic de terror que lee el propio Big Baby y de ahí a las pesadillas que embargan al novio de su canguro. La imaginación enfermiza del protagonista hace que los clásicos chupetones adolescentes se conviertan en "el beso mortífero de Kaballa-Bonga", un alienígena perturbado dispuesto a extender su semilla por todo el orbe terráqueo. Un argumento perfecto para plasmar la debilidad del autor por las enfermedades de transmisión sexual.

Por último, Club de sangre cuenta la experiencia de Big Baby en un campamento de verano en el que habrá sitio para navajas multiusos, historias escalofriantes junto al fuego, ritos iniciáticos marcados con sangre, una isla prohibida, un chivatazo y hasta una revista erótica que aparece en una letrina. Como telón de fondo hay una leyenda acerca de un niño fantasma que murió unos años atrás en la misma zona por no obedecer a sus superiores, un caso que Delmonto resuelve, para variar, con éxito. En la aventura aparece su amigo Sam, que también figura en Plaga juvenil.

Es curioso que todas las historietas terminen con el clásico titular de periódico donde se da fe de lo que ha ocurrido con los personajes secundarios, no obstante, pese a que muchas veces parece que el guión va a continuar por el camino más obvio, Burns no falla y vuelve a sorprendernos con brillantes golpes de efecto. Sin duda, se trata de un tebeo donde los litros y litros de tinta china están más que justificados, y lo más seguro es que se alce como una de las mejores obras del año. En el horizonte nos queda aguardar la salida del ya mencionado último número de Agujero Negro y de otra novela gráfica del dibujante, Skin Deep, que si no me equivoco contendrá el también aparecido como one-shot en Brut Cómix Burn Again y alguna tira procedente del descatalogado Misterios de la carne. Pero eso será en el mes de mayo.