8.4.05

Quitando el polvo a Pussey!

"Los cómics... Demasiadas veces se les ha considerado como simples chorradas irrelevantes pensadas para deficientes mentales, y yo soy el primero en admitir que, puestos a contemplar los cómics en su conjunto, puede haber base para semejante rechazo (aunque no puedo evitar preguntarme qué tiene de malo ganarse unas perras explotando las tendencias homosexuales reprimidas y el miedo a la castración de mentes adolescentes sin desarrollar, sobre todo cuando pertenecen a adultos de 37 años)".

Es el discurso introductorio del Dr. Infinity en la edición que sacaron "los rácanos de La Cúpula" -como ellos mismos se denominan- de Pussey! En este Brut Cómix fechado en 1998, Daniel Clowes no deja títere con cabeza al abordar con la acidez que le caracteriza todos y cada uno de los ángulos del peculiar mundillo de los cómics: desde el coleccionismo exarcebado hasta las valiosas primeras ediciones, pasando por los contratiempos del trabajo en equipo, el dominio de la técnica, así como los problemas afectivos y sentimentales que suelen padecer los aficionados. Pero por las páginas de esta obra maestra del underground desfilan otras cuantas verdades, como la farsa reinante en el arte moderno, marcada por las modas pasajeras y la supuesta bohemia que practican ciertos ricachones; la vehemencia de los fans, sus dificultades para socializarse y sus masturbatorias fantasías; las coloridas convenciones, el enfrentamiento con la página en blanco y los cuerpos esculturales de los supercampeones (que no superhéroes); las rutilantes listas de números pendientes, la inversión de futuro que supone comprar primeros ejemplares (que se revalorizarán en un futuro, al igual que los sellos) y lo absurdo de los premios; el trabajo sucio, las hordas de negros y el lado oscuro de la industria, al fin y al cabo.

Las historias se presentan como distintas etapas vitales de Dan Pussey, un joven dibujante con gafas, acné, una dentadura generosa y algunos kilos de más. ¿A cuántos hemos visto, con el mismo perfil, en las librerías que visitamos? Decenas. Hasta sus padres se sienten más aliviados cuando descubren un Playboy debajo de la cama. El personaje protagonizará una meteórica carrera y se convertirá en uno de los más reputados nombres del Noveno Arte, para después sumergirse en una decadencia que tocará a su fin con la truculenta estampa de sus páginas en un cubo de basura.

Clowes ya nos brindó otro pasaje referente a los cómics en Art School Confidential, un relato breve (editado en España dentro de la serie Bola Ocho) que recientemente ha sido llevado a la gran pantalla bajo la batuta de Terry Zwigoff partiendo del guión del propio dibujante. En el mismo ámbito del cine, el autor probó suerte con Ghost World, otra de sus obras más populares. Sin embargo, es su acertada visión sobre el mundo del cómic lo que convierte a Pussey! en un referente obligado para cualquier lector que se precie, en un manjar exquisito que retrata a las mil maravillas a esos entendidos que por desgracia habitan en todos los gremios. Valga de ejemplo el desternillante diálogo que mantienen los miembros de Infinity Comics (empresa que debe su nombre a un mentor aficionado a los bisoñés):

-¿Dónde te contrataron, Pussey?
-Contesté a un anuncio en The Comics Trader y el Dr. Infinity me llamó y me hizo un montón de preguntas. ¡No tuve ni que enseñarle mis páginas!
-Tampoco yo... Suopngo que debió verlas en fanzines.
-Justo.

"El cómic-book es la marihuana del jardín de infancia, la ponzoña de la cuna, el horror del hogar, la maldición de los niños y una amenaza para el futuro" - John Mason Browne.