4.7.05

Rapsodia Húngara en El País

La semana pasada apareció en el quiosco la edición de El País de Rapsodia Húngara, una de las obras más emblemáticas de Vittorio Giardino, en dos volúmenes de 60 y 42 páginas respectivamente (más una introducción sobre el autor italiano). La historia, protagonizada por el espía Max Fridman, está considerada como una de las mejores novelas gráficas de la escuela europea, por su dibujo claro y preciso, una trama llena de suspense y una labor de documentación admirable. No obstante, hay que recomendar al neófito que lea la historieta con atención para no terminar confundiendo nombres de personajes, bandos y lugares.

Giardino nos introduce en la Hungría de entreguerras para contarnos una aventura de contraespionaje donde el personaje principal tendrá que poner especial cuidado con sus informes y sus contactos, pues en estas ocasiones uno no se puede fiar de nadie. En el camino habrá pistas falsas, cebos y sabotajes por parte de los dos servicios de Inteligencia implicados: el Abwehr y el Deuxiéme Bureau. Y al igual que en las novelas de James Bond, la carne será una de las tentaciones más peligrosas para Fridman, cuya aparente frialdad acabará sucumbiendo ante Etel, la espía del grupo Rapsodia a la que protege.

El dibujante de Sam Pezzo acaba su argumento con la entrada triunfal de las tropas nazis en Austria, dejando claro que la persecución del barco Glaros, cuya misteriosa carga iba destino a España, no era más que una treta para tener entretenidos a los agentes seretos mientras la incursión alemana se llevaba a cabo.