3.8.05

Drogas y alcohol en Doña Urraca y Don Pío

Miguel Bernet, alias Jorge, daba a conocer a Doña Urraca en 1948 en las hojas de la extinta revista Pulgarcito. Representaba a esa anciana de aspecto enclenque pero con un fondo maligno que hace la vida imposible a sus congéneres. En los años de la decadencia casi todas sus estratagemas se cebaban con Caramillo, un vecino que solía caer en sus trampas y apostar en sus rifas. La anciana, de sempiterno luto, sentía especial predilección por la pirotecnia, los golpes y las bromas pesadas. Envidiosa, rácana y fullera, además disfrutaba contemplando el dolor ajeno, que con frecuencia se volvía contra ella.



(pincha aquí para ver el resto de la página).

Ojeando un álbum antológico de Bruguera me topé con una historia en donde Doña Urraca parecía más alterada que nunca. Me hizo gracia pensar que la abuelita más cascarrabias del tebeo español tenía un problema con los excitantes, sobre todo al ver esta viñeta:



(lee la historia completa aquí).

Existen numerosos títulos del cómic donde las drogas y el alcohol están a la orden del día, sin embargo, encontrar estos ingredientes (o falsos indicios) en dos colecciones juveniles de Bruguera resulta más sorprendente. El otro caso al que me refiero es a Don Pío, un contemporáneo de Doña Urraca creado por Peñarroya. En el álbum especial que citaba antes hubo una página que llamó poderosamente mi atención, ésa en que el hijo de la familia bebe anís por error para curarse el hipo:



(mira cómo se le pasa la mona).

En próximas entradas comentaremos a fondo el título más carpetovetónico del cómic nacional. Permanezcan atentos a este blog si no quieren perderse viñetas de gran valor descontextualizado.