30.10.05

Reseñas: Zero Girl de Sam Kieth

Zero Girl, de Sam Kieth (Planeta de Agostini, octubre de 2005). 128 páginas. PVP: 9,95 euros.

Los seguidores españoles de Sam Kieth llevaban esperando cuatro años a que saliera en nuestro país esta serie limitada de Homage Comics -cuya secuela Zero Girl: Full Circle no tiene previsto publicar Planeta-. Dividida en cinco episodios (¿de verdad era necesario traducir las portadillas? ¡Vaya borrones quedan sobre los diseños graffiti!), el autor nos brinda otra historia con protagonista femenina, una predilección que se deja notar en obras como The Maxx, Lobezno/Hulk y Ojo. En este caso, el personaje principal es una joven problemática llamada Amy Smootster, cuyos pies sudan más de lo normal cuando tiene que enfrentarse a una situación vergonzosa. Además siente pasión por los círculos, que le protegerán del ataque de los cuadrados salvajes. Por otra parte, el dibujante se cuida muy mucho de cambiar el modelito de su criatura en todas las entregas.

Alrededor de Amy se encuentran el tío Carl (Jung... sí, una reencarnación del colega de Freud en forma de cochinilla); Tim Foster, el psicológo del centro del que se enamorará perdidamente -el autobiográfico tratamiento de Kieth de la diferencia de edad en las relaciones, según nos hará saber en el epílogo-; así como Michelle y otras jóvenes violentas del reformatorio.

Pasando las hojas de este tomo, algo engordado para mi gusto (¿no se podría haber contado en tres números?), uno se encuentra con los lugares comunes de Sam Kieth: el callejón, el posavasos, la naturaleza desértica... Pese a las buenas críticas que ha recibido esta colección, he de decir que Zero Girl adolece de lógica argumental: el dibujante sabe sobrellevar la acción, pero es complicado creerse la manida historia de amor entre profesor/alumna y su huida sin escapatoria. Asimismo, la transformación que sufren algunos personajes no está del todo explicada y al finalizar la trama uno se pregunta si se han cerrado todos los cabos como debieran.

No obstante, los fans disfrutarán lo suyo con el inconfundible estilo de Kieth: os esperan majestuosas páginas dobles y una menor tendencia hacia la caricatura y las viñetas multiformes.