17.11.05

Corben en Toutain... ¡por ahora!

Ha causado cierto revuelo entre los fans de Richard Corben el hecho de que Planeta, en su sección de consultas, haya afirmado que tiene en estudio la reedición de sus obras. Os recomiendo una visita al Diario de Jeremy Brood y otra a Los extraordinarios mundos de R. C. En el primero encontraréis montajes prodigiosos bajo el epígrafe de Biblioteca Grandes del Cómic, mientras que el segundo dispone de un fondo gráfico apabullante.

Recientemente he revisado mis tomos de Toutain y ha sido toda una gozada reencontrarme con Dimento, aquel mutante bruto pero ingenuo de Mundo Mutante. Ésa es una característica muy particular del autor: mostrar al monstruo más humano que a los demás personajes. Pero Corben también siente debilidad por los mundos hostiles y los pechos turgentes, y quizá sea más recordado por eso.

En Bloodstar, que incluye textos de Robert E. Howard, hallábamos otro planeta esquilmado y un héroe arquetípico capaz de enfrentarse a la prueba de los dientes de Ymir. Son magistrales las páginas que describen su convivencia casi edénica con Helva y Grom (otro bruto lleno de sentimientos).

La adaptación de los relatos de Edgar Allan Poe, a mi juicio, figura entre sus trabajos más flojos, aunque su versión de El Cuervo -con maravillas aerografiadas- me impactó bastante. Por su parte, me gustó el planteamiento de Rowlf, donde un perro que toma forma humana va en busca de su dueña, aunque la escena de los tanques se me hizo un poco larga.

A mí el Corben que más me convence es el de Underground, donde firma unas historias cortas (en su mayoría en blanco y negro) geniales, en las que predomina el factor sorpresa, los experimentos estéticos y la revisión de géneros. El autor, durante esos años de juventud, es capaz de engendrar a su propio guardián de la cripta, mientras recrea a Lovecraft o la Alicia de Lewis Carroll -a quien le sobarán las tetas, por supuesto-. Asimismo, despertará nuestros instintos con el rodaje en Super 8 de La Casa de Harvey el Horrible, dejando patente una vez más la superioridad moral de las criaturas, los robots y los extraterrestres.