11.1.06

Discos: Hidden Cameras y el sonido canadiense

Más allá de las fronteras de EEUU hay algunas bandas que persiguen un sonido limpio, preferiblemente acústico y orquestado hasta la extenuación. Uno de esos grupos es The Hidden Cameras, que hasta la fecha han publicado dos álbumes. En el primero, The Smell of Our Own, sorprendieron con sus letras jocosas y gays. Estaba la hermosa sencillez de Golden Streams, la grandiosidad de Ban Marriage, el amplio registro de Joel Gibb (la cabeza visible del proyecto) en Boys of Melody y la encantadora y explícita The Man That I Am With My Man. Más tarde vería la luz Mississauga Goddam, con otro puñado de piezas reseñables: la preciosa Builds the Bone, que introduce la guitarra eléctrica; We Oh We -¿cómo nadie había compuesto antes canciones como ésta?-; o la que da título al disco, que quizá se alarga demasiado. Hasta una salida de tono como Bboy (Hope for the American) funciona de maravillas.