Reseñas: Spiderman y La Antorcha Humana

Spiderman y La Antorcha Humana: Dan Slott y Ty Templeton (Panini Comics, abril de 2006). 128 páginas. PVP: 6,95 euros.

En formato El Secreto de los Gnomos -es decir, Marvel Style pero con tapa dura y papel biblia-, Panini reúne la fabulosa serie limitada de Spiderman y La Antorcha Humana que Dan Slott y Ty Templeton presentaron el año pasado. En sus páginas, el guionista (habitual colaborador en Batman Adventures) demuestra su hondo conocimiento acerca del Hombre Araña con una historia llena de guiños al lector veterano. Resulta significativo que la propia editorial lo venda como "un cómic cuidadosamente integrado en la continuidad de la Casa de las Ideas", poniendo de manifiesto la importancia de una lógica interna en el universo Marvel. Por su parte, el dibujante (ya lo apunta Julián M. Clemente en el artículo que cierra el tomo) se adecua al canon actual del género aunque mantiene cierto regusto retro -y el colorista lo echa a perder, por supuesto-.

El volumen compendia una interesante galería de villanos: El Topo, Doctor Muerte, Pete Pote de Pasta (sic), El Buitre, el Fantasma Rojo y sus Supersimios, Dientes de Sable y la Gata Negra. Y entre los secundarios de lujo aparecen Hulka, Crystal, Gwen Stacy Pantera Negra y Shield. El repaso se completa con alusiones al Spidermóvil, el traje negro de las Secret Wars o la saga del clon (de la que reniega el propio personaje) Sin embargo, el argumento se centra en la relación entre los dos protagonistas para rememorar episodios comunes donde salen a flote envidias entre superhéroes. No en vano, Peter Parker y Johnny Storm comparten una inigualable química Team-Up y sus perfiles encajan a la perfección.

En el capítulo final, los autores marcarán un nuevo punto de inflexión en la relación de Spiderman y la Antorcha con una revelación que, tarde o temprano, debía ocurrir. El otro día lo apuntábamos en referencia a otra colección: "A veces resulta difícilmente creíble que no se cosque de nada y después de tantos años siga sin saber su verdadera identidad". Por ahí van los tiros.