19.6.06

Lecturas de salón: El Derrotista (Harvey Pekar)

El Derrotista, de Harvey Pekar y Dean Haspiel (Planeta de Agostini, junio de 2006). 102 páginas. PVP: 10,95 euros.

“Así que en aquel momento todo iba bastante bien pero, como siempre, fui y la cagué”.

Tras el éxito de la película American Splendor, Harvey Pekar decide firmar con Vertigo la novela gráfica de su juventud, que llega ahora a España de la mano de Planeta en una cuidada edición –con fotos del autor-. El funcionario de Cleveland se alía en el apartado gráfico con Dean Haspiel, cuyo trazo geométrico se suaviza de forma determinante gracias al trabajo de Loughridge con los grises (no sé qué le ven a este dibujante que pinta a la gente como si tuviera una enfermedad de los huesos, por no hablar de que todas las caras le salen iguales).

En este libro, Pekar suena absolutamente sincero aunque, como todos los escritores, embellezca su biografía de vez en cuando. En el fondo es un vanidoso incorregible. No le basta con ser el protagonista y veces irrumpe como narrador físico. Criado en un barrio de negros, se describe a sí mismo como un camorrista que no soporta los consejos paternos, y dado su carácter polemista nos brinda una mirada muy personal del judaísmo (el sindicato, las recomendaciones…).

El hilo conductor de El Derrotista es la vocación zigzagueante de Harvey, que prueba unos cuantos oficios antes de saber qué le conviene. Sin embargo, apenas se ha movido de su ciudad desde que nació. Lo intentó con el fútbol americano, la tienda familiar, una discográfica, mandando artículos de jazz a las revistas, en la Marina o como empleado de correos. Su memoria fotográfica le ayuda a no tener que esforzarse demasiado en las clases, pero la vagancia y la falta de discreción le hacen perder más de un puesto. Es ajeno a la competitividad que reina en las oficinas y actúa como un inocente Bartleby con problemas para intimar con las mujeres.

El amplio espectro vital sobre el que se cierne el ojo de Pekar le permite perfilar las diferencias entre una etapa y otra: del popular ganador de peleas al personaje anónimo de la Universidad. El autor confiesa necesitar la felicitación de los demás y es capaz de romper el rótulo de portada con sus puños. No obstante, desde que se independiza de sus padres, se compromete con Ellen e irrumpe Robert Crumb en su vida, el volumen se precipita de un modo vertiginoso hasta el presente, para terminar revelando que aún ve un futuro incierto, que sigue buscando el sentido de la vida y un lugar donde apoyar sus posaderas.