8.11.06

Librerías especializadas y talleres literarios

¿Os atreveríais a matricularos en un curso de creación literaria organizado por una librería de cómics? Esta pregunta vino a mi mente después de ojear un díptico sin desperdicio cuyo encabezamiento decía así:

“Basado en un método de apoyo didáctico conocido con el nombre de Sensorial Methodology, se proyecta la aplicación de un programa literario sobre el plano de lo práctico/escrito.”

El lenguaje barroco enseguida me recordó a los manuales de L. Ronald Hubbard y al estilo ampuloso y melodramático de Lord Manga. Pero continuemos leyendo, porque lo mejor está por llegar:

“Desde la óptica que concibe el género, en literatura, y en la artes, en un sentido más amplio, como urdimbre que rescata al discurso universal de lo humano. Épocas, nombres y lugares aceptarán el reto de aparecer confluyendo tanto en la exposición lectora como en la pragmática del alumnado.”

¿Los organizadores leen demasiado a Lovecraft? ¿Son consumidores de hongos de Yuggoth? ¿Las drogas se incluyen en el precio de la matrícula? Y ahí no acaba la cosa:

“Cada sesión tratará de apuntar ciertos datos, directrices particulares, etc. Desde la teoría general para con inmediatez pasar a la práctica de éstas de una forma personal e individualizada con el fin de:

* Proporcionar el crecimiento personal y artístico a raíz del intercambio: tertulias, exposiciones, trabajos comunes...
* Orientar en la línea de lo literario según el déficit o la preferencia, innata o de aprehensión, a cada uno de los participantes.
* Ayudar a la integración y al no desmembramiento del espacio cultural humano.”

¡Ahora lo recuerdo! La librería que acoge este misterioso seminario es conocida en toda la ciudad por la amabilidad del dueño. Seguro que el anuncio es de su puño y letra…

“Dirigido a todas aquellas personas relacionadas directa o indirectamente con el universo artístico-literario: creadores, aficionados a la lectura, desmotivados, emprendedores, curiosos. Todo el SER que entienda la cultura no sólo como patrimonio intelectual propio de una élite, sino como estatus antropológico en el que todos intervenimos activamente como seres pensantes, y por tanto, creadores, que somos.”

Es como aquella vez que fui a una reunión donde se buscaban escritores, poetas, dibujantes y fotógrafos para una revista. Pronto me di cuenta de que aquello era una secta o un partido político y salí corriendo. En cualquier caso, es uno de esos casos en que la publicidad, en lugar de favorecer la venta de un servicio, la perjudica. Para los interesados, el taller comienza el 10 de noviembre, de modo que todavía estáis a tiempo de apuntaros. Y lo siento, pero no voy a dar nombres.



“¡Me toca la pastilla, L-Ron!”