18.12.06

Reseñas: Diario de una desaparición

Diario de una desaparición (Ponent Mon, diciembre de 2006). 200 páginas. PVP: 17 euros.

Un buen día, Hideo Azuma fue a comprar tabaco y no volvió. Agobiado por el ritmo de trabajo y su afición al alcohol desapareció del mapa. Ajima, sobrenombre con el que se conoce al mangaka, es un dibujante de la vieja escuela, cercano al estilo caricaturesco de bordes redondos de Tezuka. Como indica Miki Tori en una de las entrevistas, uno de los puntos fuertes de Diario de una desaparición es precisamente ese trazo desenfadado que dota de sentido del humor a esta tragedia personal.

A través de sus páginas conoceremos un sinfín de trucos para la supervivencia en la mendicidad (escoger el basurero, encontrar colillas, hacer un buen fuego, quitar el moho a los alimentos…), así como su llamativo paso por la compañía del gas japonesa, para la que llegó a dibujar un manga. En este tramo del libro Azuma realiza una descripción de tipos humanos divertida y acertada, al igual que en la parte final, dedicada a su ingreso en el pabellón de alcohólicos tras haber narrado ciertos episodios de delirium tremens. Antes se detiene para repasar brevemente su carrera como artista, con obras como El ángel temerario, Diario absurdo o la más conocida en nuestro país, Polon del Olimpo. Sus colaboraciones en Shônen Champion y otras cabeceras le llevaron a tener que dibujar hasta 16 páginas diarias.

Ajima es un hombre capaz de tocar fondo y empezar de cero. Tras exiliarse voluntariamente del mundo y habitar en el infierno de la intemperie vuelve con su novela más estremecedora bajo el brazo. ¡Y con mejor pulso que nunca! Ya sólo queda esperar el tomo en que continúan sus aventuras en Alcohólicos Anónimos.