Invencible: un antes y un después

En Auténticos desconocidos, los nuevos Guardianes de la Tierra (conectados al gobierno a través de Cecil Stedman y Donald) están comandados ahora por Robot. Y como suele ser habitual en estos casos, se celebra un concurso de aspirantes, que termina con la selección de los ya conocidos Dupli-Kate, Black Samson y Rexplode, y la incorporación de talentos como Shrinking Ray o Monster Girl. El Inmortal es resucitado para tomarse una efímera revancha contra Omniman. El volumen viene marcado, sobre todo, por la confesión de Nolan, que se quita la máscara y narra la cruda verdad de Viltrum.

Mientras tanto, Mark asiste a una sesión de firmas de Filip Schaff, célebre por su reciclaje de viñetas –¿os suena de algo?—. El Detective Demonio sigue investigando las circunstancias de la muerte de los seres más poderosos del planeta, al tiempo que Allen reaparece como confidente interestelar de Invencible. Habrá peleas sin consecuencias mayores, como el enfrentamiento con la Liga de los Lagartos y el Dr. Sísmico. Finalmente tiene lugar la lucha sin cuartel entre padre e hijo, con litros de sangre y víctimas inocentes.

Para otorgarle cierta épica, Kirkman ralentiza el ritmo en este punto del relato, empleando un episodio en la revisión del origen del viltrumita y otro en el encarnizado encuentro. El clónico Ryan Ottley logra que no echemos de menos a Cory Walker, y va desarrollando un estilo propio. Como de costumbre, la edición de Aleta incluye una introducción de Tom Brevoort, las portadas originales y una generosa galería de bocetos comentados.

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Cubiertas de los próximos tomos de la serie, aún inéditos en España.