1.8.07

Reseñas: El Manglar #4

El Manglar #4, de varios autores (Dibbuks, julio de 2007). 68 páginas. Color. PVP: 3,90 euros.

El Manglar se ha convertido, por derecho propio, en una de las novedades más esperadas del mes. Viene tan bien presentado, siempre puntual y, lo más importante: con un elenco de artistas jóvenes de altísimo nivel. ¿Cabría pedir un papel de más grosor, al menos para la portada?

En este número se añaden a la nómina de autores Dupuy y Berberian, procedentes de la prolífica L’Association, para entregarnos “Bobolandia”, una crónica de nuestros días salpicada de canción protesta, absurdos diálogos de TV, así como referencias a la anorexia y el fracaso familiar. Otra novedad es la incorporación de Jorge Parras –el Johnny Ryan español—, que se estrena con “Llerk Valley” a todo color, la historia de amor imposible entre una niña encantadora y una rata muerta llamada Flint, propiedad de Duaic, el nuevo vecino. Por último, Lorenzo Gómez es el autor de la nueva tira, denominada “El joven que leía kamasutras” (de estética incierta, pero graciosa al fin y al cabo).

El ya habitual “Cosmik Roger”, de Julien y MO/CDM, expulsa sus demonios en el psicólogo mientras realiza un frenético viaje en busca de su madre. Frederik Peeters, abonado a la causa, muestra una buena planificación en “¡Qué mierda!”, pero resuelve de manera previsible después de caricaturizar a un Andy Warhol enfadado.

Emile Bravo regresa con una de las colaboraciones más sobresalientes de toda la entrega. “Young Americans” es una historia de cuatro páginas contada en dos tonos distintos: uno para todos los públicos y otro más picarón. Pero el autor, de trazo claramente influido por Edgard P. Jacobs, no modifica ni una sola viñeta. Atención, porque no tiene desperdicio.

Con una línea clara semejante se presenta el nuevo capítulo de “El Vecino”, de Santiago García –autor de las entrevistas de El Manglar— y Pepo Pérez (Con C de Arte merece una visita diaria). Este episodio, más que una reunión de superhéroes parece una fiesta de disfraces, donde las rimas fáciles ganan la batalla a las decisiones trascendentales. Lo más llamativo de la serie es, sin duda, la perspectiva de cotidianeidad con que se narra todo. En la sección de tiras destaca asimismo la colaboración entre el mencionado guionista y Javier Olivares, que describen el mal genio de Miguel Ángel.

Carlos Vermut es el autor de la portada y el entrevistado en esta ocasión, donde anuncia próximos títulos, reflexiona sobre su experiencia en el medio y habla maravillas del ordenador. Además, mezcla acción y extrañamiento en “R.O.M.”, su nueva saga tras la exitosa “Doble sesión”. Jorge Monlongo, por su parte, apuesta por un “Distrito Harrigan” más desarrollado y menos galería de chistes, justo lo que se demandaba. ¿Cómo reaccionará Velasco en un paseo por los bajos fondos?

Castaño y Bartual por fin disponen de una página entera para “Con amigos como estos”, donde describen una divertida y muy verosímil sesión de Pictionary. Pep Brocal está presente en la revista por partida doble: en las tiras (Quasimodo) y en las reinterpretaciones de la mitología clásica de “Pequeñas Hecatombes”, aquí centrado en Ariadna, el Minotauro y Teseo. Paco Alcázar reincide en su universo de mucosidades con “Antes del Desastre”, un título donde mantiene la misma línea cómica de Todo está perdido o Silvio José.

En las secciones de texto –las que se leen primero—, Borja Crespo habla de Nacho Vigalondo, las erratas editoriales y el Salón del Cómic de La Coruña, mientras Manel Fontdevila hace amigos entre los bloggers. Además, se incluyen reseñas y una galería ilustrada de Shag (el mentor de Jordi Labanda). Por si fuera poco, Miguel Brieva regala una tira en la última página a cambio de unas palabritas, donde deja entrever su peculiar sentido del humor.

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2 Comments:

At 7:16 p. m., Blogger Alexiev said...

Muy bueno...

Saludos

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At 7:35 p. m., Blogger Kalashnikov said...

¿También eres adicto a El Manglar?

 

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