Reseñas: La Guarida del Horror
La Guarida del Horror, de Margopoulos, Dahl y Corben (Panini Comics, septiembre de 2007). 110 páginas. B/N. PVP: 13 euros.
La Guarida del Horror comienza con la adaptación del celebérrimo poema de Edgar Allan Poe titulado “El cuervo”. Richard Corben ya había trabajado sobre él (Obras Completas de Toutain), incluso en Entrecomics se ha debatido sobre las diferencias entre las dos versiones –ganando por goleada la segunda—. Si hay algo que sorprende en este álbum es la capacidad de los autores (Rich Margopoulos y Rick Dahl apoyando en los guiones) para actualizar los textos del autor de las Narraciones Extraordinarias. O las ocasiones en que sus palabras sólo sirven de inspiración a la hora de crear nuevas historias truculentas –así de sugerente es la obra del escritor, y quién sabe, quizá con esta edición ilustrada se consiga culturizar de veras al público neogótico—.
La historieta “El lago” está realizada con la misma técnica de grises que la arriba mencionada –desconocemos si se trata de lápiz, aerógrafo o técnica digital, pero como antaño, el artista vuelve a situarse por encima de la media ofreciendo una sensación de volumen nunca antes lograda—. Otros episodios, de trazo más esquemático y caricaturesco, se asemejan tanto a su etapa underground como a su labor en DC y Marvel. “El gusano conquistador”, por ejemplo, es una aventura de ciencia-ficción con sabor añejo, que incluye versos terribles: “Los ángeles, pálidos y tristes, de pie, sin su velo, manifiestan que el hombre es una tragedia, y su héroe es el gusano conquistador.”
Llama la atención la maravillosa composición de página de “El corazón acusador” (“delator” en la traducción de Cortázar), así como el terror moderno de “Israfel”, poema convertido en cruenta lucha de bandas. Ambientado en la Guerra de Secesión americana, “El espíritu de los muertos” vuelve a tener a la comunidad negra como protagonista –otra de las especialidades de Corb—, y atención a la estremecedora viñeta final: “Sus opacas esferas rojizas, para tu fatiga serán como una quemazón, una fiebre que ya jamás te abandonará.”
Hay momentos para el humor, como la muñeca hinchable de “Eulalia”, pero enseguida nos metemos de lleno en el asesinato en masa de “El día más feliz”, que recuerda a esas matanzas indiscriminadas en EEUU que salen de vez en cuando por TV. Es curiosa la manera que tiene Corben de plasmar en paralelo el pasado y el presente de su protagonista, un hombre apocado que se toma la justicia por su mano: “Mas en sus alas reposaba un polvo oscuro que al aletear cayó de forma dispersa. Una esencia poderosa y malhadada, que mata el alma con su roce impuro.”
En resumen, en La Guarida del Horror hallamos a un Corben maduro, en plenitud de facultades, que frente a esa clase de autores-estrella que evolucionan de forma vergonzosa, se arma de valor y entrega un producto atractivo y novedoso a partir de un material literario tan trillado como el de Poe (no olvidéis que hay una versión Simpsons de “El cuervo”).
La edición de Panini contiene un texto introductorio, bocetos del dibujante, las cubiertas de los tres números americanos, las portadillas del tío Mortgar y un detalle de calidad: los relatos originales de Poe (además viene presentado en manejable cartoné). Además, el Estudio Fénix emplea una acertada gama tipográfica –salvo en el caso de “Eulalia”, donde el símbolo del guión no convierte como debiera—.
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