6.1.08

Reseñas: 20th Century Bola Ocho

20th Century Bola Ocho, de Daniel Clowes (La Cúpula, diciembre de 2007). 104 páginas. Color y B/N. PVP: 22 euros.

Este libro recopila trabajos primerizos de Daniel Clowes procedentes de su revista autoeditada Bola Ocho, donde destila su humor más cruel y pone de manifiesto su gusto por la sátira descarnada. En el lado opuesto se sitúa la paradójicamente seria Caricatura, otra compilación de historietas cortas. Aquí, sin embargo, se recogen episodios cómicos de cinco páginas como máximo, alternando el blanco y negro con el color (uno de los puntos fuertes del autor de David Boring). Si bien algunos capítulos ya habían sido traducidos al español en el formato comic-book de Brut Cómix –muy reconocibles por la rotulación manual de Joan Mulero—, más de la mitad permanecían inéditos hasta la aparición de este tomo. Asimismo, hay dos relatos de Lloyd Llewellyn que también se incluyeron en la reciente antología del personaje.

Pese al material repetido merece la pena adquirir un ejemplar de 20th Century Bola Ocho (vía FNAC sale por 19 euros, y duele menos) pues, como toda obra de Clowes, resulta inspiradora y reveladora, además de contener ciertas sorpresas que el lector agradecerá. Me refiero al reencuentro con Enid, de Ghost World, cuando aún era una cría; o a la irrupción de Feldman –el hombre de la sillita de ruedas de la película—; por no hablar de aquellas historias que remiten directamente a las portadas de Bola Ocho (esa pareja de ricachones en la isla desierta, o la legión de álter-egos).

Clowes carga sin piedad contra las escuelas de arte y canta a la desesperanza por la inexistencia de la mujer perfecta (sólo la madre se salva en este vademécum de complejos freudianos). Destacan dos episodios que en el cine se denominarían “grabados con cámara subjetiva”, que dan la oportunidad al lector de sumergirse en la historia de manera directa y caminar por el escenario de la obra. El autor de Ice Haven critica el cristianismo y las sectas al tiempo que defiende al outsider perdedor –una clase a la que pertenecen él y la mayoría de sus seguidores—. La relación con el aficionado, de quien se burla a menudo, es muy peculiar.

Mención aparte para las tiras de prensa –“all new”, asegura el dibujante— de corte autobiográfico y metalingüístico. También están los follabichos y fornicapeces, las listas de cosas odiosas y encantadoras (las primeras ganan la partida por goleada) o el humor apocalíptico de Zubrick y Pogeybait. “Hippypants & Peace Bear” sobresale por lucir una paleta cromática deliciosa. Y no hace amigos precisamente al describir su Chicago natal, su visión de los deportes o la frustración sexual.

Con dos pequeñas aportaciones de Mort Todd y Gil Hernandez, 20th Century Bola Ocho –¿por qué no han traducido todo el título?— cuenta con una envidiable galería de secundarios en “El pescador feliz” o “Obsesión juguetona”, dos muestras más de un humor enfermizo y kamikaze, con diálogos llenos de atinada verborrea filosófica. No cabe duda, para Clowes el cómic supone una experiencia catártica.

La Cúpula ha optado en esta ocasión por no traducir los títulos, sino subtitularlos al igual que hace con los mangas. Esto llama especialmente la atención en el índice ilustrado, o en los pequeños letreros en inglés que permanecen en las viñetas.

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