18.2.08

"Buen Provecho", una revista guadianesca

Entre los años 2002 y 2006, y amparada bajo el sello de Cabezabajo, Balboa y Dolmen, respectivamente, aparecieron los tres únicos números de “Buen Provecho”, el enésimo intento de Ricardo Mena por recuperar las revistas de cómics. Alternando autores independientes tanto extranjeros como autóctonos, de alguna manera marcó el camino que luego tomaría El Manglar (aunque en versión B/N). Por ejemplo, en cada ejemplar, el encargado de la cubierta era entrevistado en el interior –Miguel Ángel Martín, Darío Adanti y Roger Landridge fueron los elegidos—. Algunos contenidos, como “El payaso Fred”, “Magic Boy” o “Too Much Coffee Man” serían recopilados en libros más tarde. Resulta llamativo el caso de Fermín Solís, que entrega “Harry & Hausen” (un tributo en toda regla a una de las películas favoritas de Martín Mostaza: “Jasón y los argonautas”), con un estilo naif casi irreconocible, justo en el mismo volumen en el que participa uno de sus autores de cabecera: Michel Rabagliati. El dibujante canadiense sitúa a su álter-ego Paul en el metro, para describir un Montreal decadente tras la exposición del 67 en otro canto a la “joie de vivre”.

“Buen Provecho” acogió secciones efímeras pero valiosas como “Delicatessen”, donde se destacaban chuches y juguetes; o “Apaga y vámonos”, la columna de opinión de Buddy Melero –empeñado en ver con optimismo una industria invisible—. Entre los artistas nacionales había nombres populares como Mauro Entrialgo, Castaño & Bartual, Paco Alcázar, Sandra Uve o Borja Crespo. A éstos se sumaban unos primerizos Benlloch y Jano, o un Daniel García (fiel a su estilo) ya apostaba por las historias de arrabales. Al realismo mágico de Luis Durán también le sienta fenomenal el formato breve y Carlos Areces va más allá del gag de El Jueves. Art Baltazar & Franco se encargan de la tira fija “Patrick, the wolf boy”, al tiempo que Rafael Navarro y Kagan McLeod ponen las máscaras de lucha libre mexicana. Gracias a esta publicación he podido descubrir la horrible máscara felina de “The Lemon Kids” de Stan Weissman o el híbrido imposible entre Alcázar y Félix Díaz llamado Blanquet. Ángel y Carlo, por otra parte, se mantienen en su línea onanista y perversa. Ulf K. muestra su trazo más desenfadado y nostálgico. Asimismo se incluye un relato inédito de James Sturm, obsesionado entonces por el béisbol.

¿Regresará “Buen Provecho” como el ave fénix, una vez más? Sería una noticia grata para aquellos que disfrutamos con revistas que no siguen la máxima del “tema de la semana” (un recurso que, en mi opinión, merma la creatividad de los colaboradores). Una buena nueva, a pesar de la naturaleza guadianesca de estas publicaciones, pues el cómputo de páginas interesantes suele resultar positivo.

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4 Comments:

At 11:36 p. m., Blogger ComixCafé. Café del Cómic said...

¡¡Qué buen recordatorio!!!...y qué buena noticia sería su reaparición.

 
At 5:26 p. m., Blogger Kalashnikov said...

"Buen Provecho" plantó una semilla que ahora están recogiendo otros. Y conociendo a Ricardo "no me doy por vencido" Mena, no me extrañaría que "BP" resucitara un día de estos.

 
At 7:26 p. m., Blogger Ricardo Mena said...

Ays, acabo de ver esta reseña. La emoción me embarga.
Gracias y gracias por los comentarios.

 
At 12:30 p. m., Blogger Kalashnikov said...

Al César lo que es del César ;-) Gracias por editar autores tan interesantes!!

 

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