Reseñas: Solo #8 (Teddy Kristiansen)

Solo #8: Teddy Kristiansen (Planeta de Agostini, febrero de 2008). 48 páginas. Color. PVP: 3,95 euros.

La entrega de Solo del artista danés, que llega un mes antes a las librerías, posee una estética muy homogénea a pesar de las distintas técnicas empleadas. Con la ayuda a los guiones de Neil Gaiman (que firma un texto parecido al que hizo para Hellblazer) y Steven Seagle, Kristiansen sólo recurre a Deadman para dar su visión del universo DC. El tenebroso héroe se topará en las escaleras con un fantasma e intercambiarán confidencias y frustraciones antes de concluir el tránsito, aportando una perspectiva cotidiana muy llamativa del poseedor de cuerpos. En otra historieta, de corte esquemático y con influencias de Hugo Pratt, el libro “Cumbres borrascosas” es capaz de apaciguar los ánimos de una tribu caníbal durante los años de colonización.

A continuación hay dos episodios casi autobiográficos protagonizados por sendos artistas: un pintor en crisis que sufre insomnio y se convierte en voyeur en plena ola de calor; y un paisajista contratado por Lord Bastian para imaginar sus construcciones demolidas. En ambas se aprecia el trazo europeo de Kristiansen, que usa óleos, ceras y acuarelas –a veces de un modo cercano al puntillista— para obtener diferentes texturas. Además nos brinda arquitecturas de ensueño (quizá “Ruinas”, escrito en forma de diario panorámico, sea la historia más brillante del número, gracias a ese ambiente enrarecido y deprimente). Finalmente, el dibujante nos enseña su propia interpretación del clásico moderno “¡Viven!” –la tragedia helada—, donde emplea la plumilla con sencillez para situar a los hombres al borde del precipicio.

Ignoramos si la entrada de Carlos Miralles en Planeta ha motivado el adelanto de este ejemplar de Solo. En cualquier caso habrá que ir investigando sobre Scott Hampton, el próximo autor de la colección.