22.4.08

Reseñas: Astro-Ratón y Bombillita

Astro-Ratón y Bombillita: Parece que chispea, de Fermín Solís (Bang Ediciones, abril de 2008). 60 páginas. Color. PVP: 13 euros.

En su ejemplar periplo por los géneros narrativos, Fermín Solís prueba suerte ahora con el público infantil de la mano de la colección Mamut / Mi Primer Cómic, filial de Bang Ediciones destinada a los más pequeños de la casa. ¡Y cumple las expectativas con nota!

Astro-Ratón fue enviado a la luna para comprobar si estaba hecha de queso, pero ya sabemos que la memoria de los roedores no es demasiado brillante, así que el protagonista se verá inmerso en multitud de situaciones divertidas mientras su objetivo primordial permanece en un segundo plano. Los secundarios no le van a la zaga: desde la expresiva Bombillita –pese a carecer de rostro— a la conmovedora Caca (cuando llora, se te parte el corazón), sin olvidarnos de Patatator –¡el wrestling vuelve a estar de moda!— o de ese pájaro ciclópeo y anónimo que parece un homenaje a Alberto Vázquez.

En el álbum hay historietas de diferente extensión, y son precisamente las más breves (insertadas a modo de entremés cómico) las que otorgan agilidad al relato. En este sentido, se deja notar un Solís experimentado que domina los trucos del arte secuencial. Por otra parte, en el apartado gráfico repite con la plumilla que ya nos deslumbró en la segunda entrega de Las Pelusas de mi Ombligo, incorporando colores tanto acrílicos como digitales –resulta llamativo que la única viñeta repetida de todo el volumen se diferencie sólo por los trazos cromáticos, lo cual indica el grado de importancia que el autor le ha dado a este punto del proceso creativo—.

¿Os he hablado del aspecto fálico de la cabeza de Astro-Ratón? Quizá se deba a mi mente sucia. No en vano, “Parece que chispea” transmite valores cívicos positivos, un mensaje humanista y pacífico, además de una visión lúdica y pícara de la vida. Y si a los chicos hay que enseñarles a leer desde pequeños, este cómic es la elección ideal.

En el final, Solís hace un guiño a sus seguidores al citar una de las canciones más hermosas de John Lennon, detalle que aporta una gran belleza al conjunto y evidencia el estado de gracia de un autor intransferible. ¡Y en el horizonte, su obra más larga hasta la fecha: “Buñuel en el laberinto de las tortugas”!