9.4.08

Reseñas: Los Vengadores de los Grandes Lagos

Los Vengadores de los Grandes Lagos, de varios autores (Panini, marzo de 2008). 192 páginas. Color. PVP: 12 euros.

La primera impresión después de leer el volumen de los Vengadores más cómicos de la historia de Marvel es que recuerdan más al Hombre Hormiga de Kirkman o al X-Force de Milligan que a la JLA/JLE de Giffen y DeMatteis. Me refiero a las entradillas de la Chica Ardilla y su querido Monkey Joe o al excelente juego temporal que propone Dan Slott, donde diversos flash-backs irán revelando el presente al que se ve abocado este penoso supergrupo. La plantilla de los Grandes Lagos no tiene desperdicio –en este sentido, la primera miniserie se alza como la aventura más redonda y entretenida—. Mr. Inmortal está condenado a sufrir las muertes más humillantes para luego volver a levantarse (por eso se lleva tan mal con Mortífero). Una suerte similar tiene el efímero Saltamontes, al tiempo que Hombre Plano aprovecha para salir del armario. También son leales Gran Bertha –capaz de convertirse en la modelo Ashley Crawford previo paso por el WC, en uno de los chistes más políticamente incorrectos que he leído en años en un cómic de megahumanos— y la gárgola Dinah Solar (¡vaya gafe!). Además, en estas páginas el Hombre Puerta se transforma en el nuevo enviado de la muerte. Con razón han dedicado un rinconcito de su base secreta a los miembros caídos. Entre los villanos destacan Maelstrom y Batroc, que se alían y ponen en marcha el fin del mundo. Por otro lado, hay cameos de héroes solitarios como Caballero Luna, Spiderman, Lobezno y Daredevil. Paradójicamente, la citada Ardilla, aparte de sus buenos consejos, es capaz de enfrentarse a los poderosísimos Thanos, el Dr. Muerte y Modok y salir victoriosa con sólo ojear sus trading cards.

Slott nos ofrece humor negro a raudales y continuos guiños a los expertos en continuidad. Desgraciadamente, en la parte gráfica nos topamos con el mediocre Paul Pelletier. Por el contrario, en el especial navidad sobresale la labor de Paul Grist y el cartoon de Mike Kazaleh. Aquí, Ardilla se ha encariñado de Speed Ball –no os perdáis la jocosa visión del guionista acerca de su nueva y oscura encarnación como Penitencia—, un argumento al que le sientan fenomenal los dibujos de Paco Medina. Nelson también se luce pintando las ideas de Fabian Nicieza en el crossover con el insoportable Masacre, que aceptará ser reserva de los GLA. La edición de Panini contiene un interesante artículo de Julián M. Clemente y las cubiertas originales de todos los números incluidos.

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Primera aparición del grupo en Los Vengadores de la Costa Oeste.