19.5.08

Reseñas: Bajo el aire

Bajo el aire, de Osamu Tezuka (Dolmen Editorial, abril de 2008). 328 páginas. Color y B/N. PVP: 8,95 euros.

Esta compilación, titulada “Kuki No Soko” originalmente, reúne 16 relatos cortos de Osamu Tezuka. El tono de las historietas recuerda a su recomendable MW, o a las páginas de otro clásico del manga: Monkey Punch. El autor de Astro Boy se aferra a la ciencia-ficción –así como a otros muchos géneros, como la novela negra, romántica, de espionaje, de misterio o de terror, el western y ciertos ingredientes futuristas— para describirnos al ser humano en circunstancias extremas, siendo capaz de sorprendernos hoy día mediante las resoluciones imaginativas de sus tramas.

La mayoría de estos episodios tienen finales tristes, pese a que en ellos prevalezca la justicia divina. Hay elementos esperpénticos, como el esparadrapo chupado, y paradojas médicas que bien podrían engrosar las aventuras de Black Jack. Tezuka reescribe a su manera la fábula del rico que triunfa en el amor disfrazándose de pobre y vuelve al Viejo Oeste (repasad Lemon Kid) con el propósito de ofrecer un camino distinto al de la violencia.

Sólo dos cuentos tienen al dibujante como protagonista explícito, aunque el carácter autobiográfico y realista puede ponerse en duda. Aquí nos muestra su faceta más ecologista, sincera y comprometida, una personalidad que le hará cosechar enemigos. Habría que incluir en esta categoría, además, su experiencia en sindicatos y manifestaciones. En algunos casos, el creador de Fénix introduce elementos paranormales y pasiones retorcidas –curiosamente, se hacen bastantes referencias al incesto— y recrea viñetas de gran impacto visual (cabe resaltar el niño escamado o el piloto babeante).

A Tezuka le interesan los parajes cataclísmicos y describir el instinto de supervivencia del hombre –en más de una ocasión se centra en la última pareja sobre la faz de la tierra—, pero también se fija en los desequilibrios mentales y la inescrutable naturaleza de las personas, caracterizadas casi siempre por su egoísmo.

Dolmen se estrena en el manga editando una imprescindible recopilación de contenido envidiable y presentación más que correcta, donde destaca la labor de sus seis traductores. En cuanto a la cubierta, qué acertada la comparación de Álvaro Pons con esas figuritas de Lladró... ¡Para luego descubrir los horribles secretos que se ocultan tras las falsas apariencias!

2 Comments:

At 11:43 a. m., Anonymous Anónimo said...

Hola Kalashnikov! Buena reseña!!!

No veo la relación con Monkey Punch, o más bien su obra, Lupin III. Ahí emos historias más cercanas al cine de policias y ladrones, con un protagonista extremadamente inteligente y habilidoso en todas las áreas. No he leido MW aun, y la tengo, pendiente para el verano :)

No conozco Lemon Kid, pero reco recordar que lo habían recomendado hace muchois años.

Desde luego que las historias de Tezuka como protagonista no son autobiográficas. Por que si no (ya lo pensé en ese momento), como le habría explicado a su mujer que pasó una noche con una desconocida del pueblo?? :) :) Por cierto, creo que Tezuka no se casó (de ahí su prolífica producción, ejem).

Para mí la portada tiene relación directa con la ultima historia, aparte de contener el título en los diálogos. Es la voluntad de ascender a un estado superior, esta vez con caballos en vez de personas (¿quedaba más bonito?).

Por cierto, Dolmen ya había publicado algo de manga antes de Bajo el aire, Vampire Hunter D, en setiembre del año pasado. Pero tengo la sensación de que pasó desaparcebido y fue más una prueba de pocos tomos (ha aparecido solo el primero cuando para el Salo del comic tenía que aparecer el segundo) para tantear el terreno y banco de pruebas. No tiene porque ser así, solo es una sensación.


Pues nada, espero verte otra vez por la página (este miércoles toca Jacaranda), ya me verás por aquí también :)

Saludos!

 
At 5:59 p. m., Blogger Kalashnikov said...

Gracias por el comentario, Jordi. ¡Qué de cosas por analizar!

La comparación con Lupin no me parece muy descabellada: chistes como comerse las onomatopeyas o el desarrollo de las tramas de género negro los asemejan.

"Lemon Kid" puedes encontrarlo en el tomo de "Crimen y castigo", a mi juicio, indispensable. No recuerdo si lo editó Mangaline o Otakuland...

Hay escritores y dibujantes que no tienen ningún rubor en narrar lo que les ha sucedido, por muy vergonzoso que sea: Harvey Pekar, James Kochalka... ¡Incluso "los elementos mágicos" podrían tener un referente real!

Es curioso que Tezuka use la imagen del pegaso para recrear los momentos sublimes del amor. En este sentido, el título "Under the air" podría interpretarse como "todo aquello que se esconde bajo la superficie porque es demasiado monstruoso"... Y "MW" es otra enumeración de atrocidades.

Ey, ya son muchos recomendando "Jacaranda" ;-)

¡Suerte para Dolmen!

 

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