3.7.08

El auge momentáneo del cómic infantil

El cómic infantil vive un momentáneo auge merced a publicaciones como “Menuda es mi tía Ana”, narrado por el director de Dibbuks, Ricardo Esteban, e ilustrado por Linhart –que se prodiga poco pese a tener bastantes páginas injustamente inéditas—. El autor que dejó boquiabiertos a muchos lectores con su “Fin” adopta aquí un registro distinto, al que estarán acostumbrados quienes coleccionen Tretzevents: geometría deconstruida y un color hermosísimo. El libro consiste en una visión idílica de una protagonista enorme y juguetona, que siempre lleva chucherías en el bolso y a la que le encanta esconderse y organizar batallas.

A este título se suma ahora “Cinco lobitos”, de Javier Olivares, que se basa en una popular nana. El creador de Ono & Hop es un artista maduro que ha sabido adaptarse al género y pensar en un público que podría ser su hijo. En cartoné apaisado también, el cuento nos habla de una jauría totémica, donde cada cual desempeña un papel diferenciado. En sus páginas se describe la vida desde una perspectiva múltiple, dependiendo de la circunstancia de los miembros del clan. Los textos poseen ese tono poético que suele caracterizar la obra de Olivares, con bellas texturas y una combinación de azules y rojos envidiable, al tiempo que manifiesta su originalidad innata en ciertos detalles (las referencias a Arsenio Lupin, el Lobo Feroz y “El Retorno del Hombre-Lobo”).

¡Y lo mejor de estos tebeos es que los disfrutarán tanto los adultos como los menores!