8.10.08

Qu4ttrocento #4: Esteban Hernández

Qu4ttrocento #4: Esteban Hernández (Dolmen Editorial, septiembre de 2008). 68 páginas. Blanco y negro. PVP: 6 euros.

Fue una buena idea reestructurar la revista Qu4ttrocento, pues en su segunda época apuesta por un formato mayor y más páginas, lo cual permite la inclusión de portadillas, extras y una entrevista al dibujante encargado del monográfico (muy buenas las caricaturas de Faemino & Cansado o Andy Warhol). Y esto dice mucho a favor de la línea Siurell coordinada por Jorge Iván Argiz, que desde hace tiempo viene apoyando a los jóvenes autores nacionales.

De cualquier manera, la presente entrega de Qu4ttrocento contiene la obra más homogénea de Esteban Hernández hasta la fecha. No en vano, existe un trasfondo artístico en casi todas las historietas, como la protagonizada por ese guionista que se confiesa en el diván del psicólogo, con un genial tratamiento de grises y un guiño a la intrahistoria del rodaje de “Taxi Driver”. Del género amoroso pasamos al falso documental –con generosas tramas mecánicas—, en que se discute sobre la trascendencia del modelo por encima del artista, introduciendo nombres reales como Matisse. La ración de terror, con un magnate desfigurado obsesionado por la superficies pulidas como eje, cuenta con desfiguraciones al estilo Hideshi Hino. Finalmente, el creador de “Usted” se decanta por una comedia western con tintes surrealistas que resulta bastante sorprendente gracias a un falso asesino, un sheriff que ha perdido la cabeza y un misterioso forajido barbudo.

La revista se completa con dos relatos cortos: “Gatos” y “Todos somos el hombre preocupado” (sin diálogos), que confirman a Hernández como buen cronista urbano. Por el contrario, volvemos a toparnos con un lenguaje inapropiado de frases poco creíbles –por rebuscadas, sólo verosímiles en boca del académico de arte—. El autor, que ha sido fichado recientemente por Planeta para su colección de artistas autóctonos, acostumbra a llevar sus argumentos hasta extremos patológicos, planteando en ocasiones desenlaces predecibles.