21.6.05

Reseñas: Buen Tiempo y Rubia de Verano

Buen Tiempo y Rubia de Verano han sido los últimos tebeos que he leído. Aparecieron a principios de mes, pero los dejé para luego ante la avalancha de novedades -me dejé llevar por la euforia DC, craso error-. Al final incluso he tenido que visitar varias librerías hasta dar con ambos ejemplares porque por lo visto se están vendiendo bastante bien y las existencias se agotan pronto.

Las dos novelas gráficas (en blanco y negro) vienen editadas por La Cúpula, que cambió hace meses las grapas por el lomo, abandonando en cierta medida su política de editar historietas baratas a través de sus líneas Brut Cómix y Fuera de Serie. Sin embargo, la editorial catalana vuelve a acertar escogiendo dos firmas de calidad contrastada: Joe Matt (hace poco repasábamos su Peepshow) y Adrian Tomine. Es curioso que La Factoría de las Ideas se fijara precisamente en estos dos autores hace unos años, dando salida a obras como Sonámbulo o la citada arriba.

Buen Tiempo nos ofrece un Matt más contenido que en otros títulos, quizá por tratarse del relato de su infancia, donde las mujeres aún no ocupan un lugar de relevancia en su vida. Hay momentos para la carcajada, pero la narración no resulta tan cómica como en sus viñetas sobre la edad adulta. Asimismo, el desarrollo de la novela, pese a ceñirse a un fin de semana de verano, es menos lineal de lo usual, como si el artista hubiera intentado reflejar en pocas páginas muchos de sus recuerdos, aunque sin hallar un claro hilo conductor. No obstante, estos inconvenientes tampoco deberían restar interés en el lector, que a buen seguro se identificará en más de un momento con el protagonista. ¿Quién no ha sido tan materialista como Joe, que manda fuera de su cuarto al amigo que le protege para que éste no descubra el sitio donde esconde sus ahorros? El choque generacional con los padres, las burlas entre compañeros, los escondrijos bajo tierra -¿y la clásica casa en el árbol?-, los secretos revelados, las riñas y ajustes de cuentas entre chiquillos... Son estampas que a veces hemos sentido en la propia carne, y es reconfortante toparse con Joe Matt, que lo cuenta la mar de bien.

Rubia de Verano, por su parte, demuestra que Tomine es consciente del público al que se dirige, pues en sus historias prefiere hablar de personas que se asemejan a sus presuntos lectores: inadaptados sociales con tendencia al arrebato patológico. En los cuatro episodios que contiene esta edición seremos testigos de cómo un escritor, ante la expectación creada por su segunda novela, prefiere abandonarse en manos del azar y flirtear con una admiradora. Contemplaremos la obsesión enfermiza de un joven solitario por un vecino que cada noche se acuesta con una diferente. Nos compadeceremos de una operadora de telemarketing que no tiene suerte con los hombres, ni siquiera cuando decide poner una pizca de emoción en su amarga existencia. Y percibiremos la angustia de un estudiante que no lucha por ser el más popular del instituto ni pretende ligarse a la más borracha... Todo perfilado por el trazo aséptico del dibujante que, pese a su juventud, ya empieza ha ser reconocido como merece.

4 Comments:

At 9:37 p. m., Blogger Javier Arriola said...

Dos lecturas muy recomendables, sí señor.

 
At 11:08 p. m., Anonymous Anónimo said...

Ya sé que todo quisqui las ha comentado ya, pero no he podido resistirme.

 
At 10:32 a. m., Blogger Hator said...

Uf,¿los presuntos lectores de Tomine deberían ser así?
Y los que tienen por casa su Optical Nerve qué deben ser?
QUÉ MIEDO, NO?
Empezaré a plantearme el pasar por un psicólogo..o quedar con una ex
;)

 
At 6:03 p. m., Anonymous Anónimo said...

Lo cierto es que no he podido leer "Optic Nerve", pero creo que es innegable que los autores de cómics saben con más exactitud a qué tipo de público se dirigen... No estoy diciendo que todos los lectores de Tomine sean como sus personajes, sino que seguro que más de uno se identifica con ellos.

 

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