20.1.10

Invencible #11: "De otro mundo"

Invencible #11: "De otro mundo", de Kirkman y Ottley (Dolmen, diciembre de 2009). 144 páginas. Color. PVP: 15 euros.

Dados los meses que pasan entre tomo y tomo, se agradece el resumen de los acontecimientos que Kirkman plantea nada más iniciarse el volumen (el guionista parece estar pensando en el formato recopilatorio, pese a abusar del cliff-hanger). Aunque es extraño el cariz que va tomando la serie, con la entrega total de Invencible a la causa gubernamental, tomando partido en esas ruedas de prensa tan Spiderman post 11 de septiembre, o esas escenas familiares con el pequeño y poderoso Oliver. Sin embargo, el autor de "Los muertos vivientes" es capaz de sorprendernos con situaciones que habían estado siempre en el género de superhéroes y nadie las usó, como la irrupción del compañero de cuarto de Mark cuando éste habla con Allen el alien --cuya capacidad para leer el pensamiento da lugar a unos cuantos chistes, sin duda, lo mejor de la cabecera--. En el apartado sentimental, Atom Eve toma las riendas ante un confundido pero soltero Grayson, la madre del protagonista comienza una aventura y El Inmortal pierde la cabeza tras la muerte de Dupli Kate (cuyo desenlace posterior sólo consigue descolocarnos aún más). Es lo que ocurre cuando un serial tiene éxito y se ve obligado a eternizarse: la sombra de Omni-Man se hace pesada. Gráficamente, Ottley --que nunca estuvo entre mis favoritos-- pierde fuelle en el diseño de personajes (ojo a la viltrumita protagonista del tercer episodio que me recordó a los años de Youngblood, o esos insulsos Dropkick y Fightmaster). La edición de Dolmen se completa con una galería de bocetos en la que los creadores dejan constancia de los anodinos detalles que a veces construyen Invencible.

15.1.10

Odio #5

Odio #5, de Peter Bagge (La Cúpula, diciembre de 2009). 124 páginas. Color. PVP: 18 euros.

Peter Bagge sabe conectar con las generaciones que fueron creciendo a medida que Odio avanzaba. En este volumen se narra una nueva caída en picado de Buddy, que ahora se rodea de laboratorios de droga, armas automáticas y compañeros de lo más patético. También hay nuevos encuentros con el sexo femenino, que corroboran su imán para las chicas desequilibradas: esa enfermera oriental ordenada hasta lo patológico, la impulsiva empleada del Starbucks o el regreso triunfal de una regordeta y adorable Lisa. La simple reaparición de cualquier habitante de la serie es aprovechada al máximo por el autor que, asistido por Jim Blanchard y con los diseños del monster-truck de Kaz, da muestras de verdadera maestría con detalles aparentemente nimios como la llamada acerca de la falsa muerte de apestoso, o la descripción de la rutina matinal de Bradley desde los ojos de la camarera. Mientras tanto, el protagonista se ha mudado a la trastienda de su negocio y da sus primeros pasos con Internet (son relatos fechados entre 1996 y 1998), todo un testigo de la época. Si no me equivoco, apenas quedaría un volumen de estos integrales de La Cúpula, aunque sería una pena no recopilar las fantásticas cubiertas originales.

10.1.10

Edipo en Corinto

Sócrates el semi-perro #3: Edipo en Corinto, de Sfar y Blain (Sins Entido, diciembre de 2009). 48 páginas. Color. PVP: 13 euros.

Apenas tres meses después de concluida por sus autores, Sins Entido publica la edición española del tercer volumen del perro filósofo creado por Sfar y Blain. En esta ocasión se fijan en el mito de Edipo para conjugar humor y filosofía, a los que contribuye la fresca traducción de Lucía Bermúdez. Para evitar su fatal destino, el animal propone al rey de Corinto encerrar al niño en el templo de las vírgenes, pero Heracles vuelve a interponerse en el camino. De la mano, entre otros, de Zeus el lisonjero se retoman las escenas de sensualidad ya características de la serie. Acción y dialéctica se unen en una obra tan llevadera y cómica que el lector recordará Epicuro el Sabio y se preguntará si Sócrates el semi-perro no se estará vulgarizando.

7.1.10

ARGH! #6

ARGH! #6, de varios autores (Pure Basure, diciembre de 2009). 48 páginas. Bitono. PVP: 5 euros.

Con cierto retraso aparece el sexto número de la revista de historietas más vanguardista y descarada de los últimos años. Sus padres, Félix Díaz y Jorge Parras, firman la mayor parte de las páginas con el virtuosismo y frescura que les caracterizan. El primero, aprovechando verdes y magentas, materializa otro sueño erótico de Dog-Boy con apetitosos melones y pechugonas, mientras que el segundo refuerza su lado naif con cerebros autónomos y pianistas locos. Entre los habituales destacan Martín Romero, con su hermosísimo drama sobre una flor antropomórfica; Brais Rodríguez, que habla del potencial síndrome de Gregorio Samsa en relaciones amorosas y de trabajo, así como de la inspiración artística y los propios miedos. Artistas exquisitos todos, desfilan por aquí Bob Flynn, Mar Malota, Ferran Esteve, Paola Gaviria, Jorge Pérez Ruibal, Martín López, Néstor F. y Molg H. ¿Para cuándo el próximo?

La familia Addams

La familia Addams, de Charles Addams (Valdemar, diciembre de 2009). 324 páginas. B/N. PVP: 10 euros.

A medida que leemos los chistes que Addams publicó en el New Yorker vamos apreciando su vasto conocimiento sobre la historia del arte, su delicado gusto para hacer bromas macabras sin hacer daño a nadie o los arrebatos surrealistas más divertidos del último siglo. Su talento le permita pasar sin dificultad de un registro a otro: del gags convencional al detalle más nimio que aporta todo el sentido de la viñeta. Esta edición de bolsillo, encuadrada en la colección El Club Diógenes, contiene un prólogo de Óscar Palmer, donde se menciona el uso actual de la obra del creador de Morticia, Gómez y compañía --bastante secundarios en el volumen-- en el campo de la psicología para establecer la edad mental de los pacientes. En plena era imperialista, Addams se fija (como muchos coetáneos) en islas desiertas, caníbales y arqueólogos, haciendo gala además de un profundo conocimiento sobre las técnicas de tortura y un gusto especial por cerdos, osos, ratas y tortugas. Su humor es intemporal y en ocasiones secuencia las imágenes en una especie de cómic mudo. Multitud de referencia, religiosas --el diluvio, los milagros de Moisés, etc.-- o literarias (Poe repetidas veces o el Mr. Hyde que todos llevamos dentro). En una plancha --pág. 97-- incluso pone al lector como sujeto causante del horror, una propuesta tan sagaz que lo coloca varias cabezas por delante de tantísimos dibujantes... Otra de mis favoritas es la serie sobre el vendedor de hombrecitos mecánicos, en la línea chocante del último tramo del volumen. Al igual que la Familia Addams, hallamos algunos personajes constantes en este libro, como el marido que trata continuamente de matar a su esposa o el hombre capturado por un ave gigante (del cual sólo vemos su sombra, a mi juicio, otra genialidad del autor). Por todo ello, es reconfortante comprobar que artistas de la talla de Sergio Aragonés, con sus trabajos para Mad, han seguido la estela marcada por Addams.

Amphigorey de nuevo

Amphigorey de nuevo, de Edward Gorey (Valdemar, noviembre de 2009). 376 páginas. Color y B/N. PVP: 24 euros.

"Huye de inmediato. Todo se ha descubierto."

Valdemar satisface nuestra sed de anfigorías --¿fantasmagorías anfibias?-- con la entrega de sus trabajos más recientes (hasta el punto de contener piezas inacabadas, como "El libro de las zetas"). Nos desconcierta con sus "Paseos sin rumbo" y nos explica los lugares favoritos de sus gatos, tantas posiciones como facetas tiene un hombre: puede ser acróbata, superviviente, autista, vago, milagroso, travieso, esquivo, curioso, indiscreto, retorcido, degustador de grandes placeres, triunfante, divertido, fotogénico, entrañable, juguetón, morboso, temerario... Personalmente, disfruto más su plumilla detallista, como la que traza "La otra estatua", que podría catalogarse dentro de la novela detectivesca, registro que repite en "El borrador mortal", siempre con una perspectiva innovadora y poética. Desde textos ordenados alfabéticamente --que obviamente se pierden en la traducción, sin desmerecer en absoluto la labor de Óscar Palmer-- a relatos cortos de una sola ilustración ("El hipopótamo admonitorio"), rozando lo abstracto en "Creatividad" y "10 objetos imposibles". Tan pronto adopta el estilo del grabado clásico como homenajea a Charles Dickens con un cuento de navidad en forma de pesadilla. En este punto, destacan dos episodios casi continuados: "El cubretetera encantado" y "El busto descabezado", tan rico simbólicamente como interpretable. Quienes en su infancia leyeron aquellos libros de "Elige tu propia aventura" alcanzarán el éxtasis con "El violento oleaje", una propuesta de surrealismo oscuro de similar factura. Por su parte, "Las flores acuáticas" comienza como una oda a la soledad y termina en forma de turbadora paradoja. El personal universo de Edward Gorey brilla página tras página, en especial cuando materializa los setos de su jardín o repasa un catálogo de mujeres asesinas. No dejen pasar por alto esta obra de arte, ni ninguno de los títulos precedentes y no se arrepentirán.