George Sprott (1894-1975)

George Sprott (1894-1975), de Seth (Mondadori, octubre de 2009). 96 páginas. Bitono. PVP: 17,90 euros.

Seth parece aquí movido por el mismo ímpetu nacionalista que empujó a Chester Brown a realizar Louis Riel. Este trabajo se ha comparado de manera fundamentada con el de Chris Ware, y se aprecian similitudes como la narración fragmentaria (más patente en la secuencia contrarreloj de los últimos minutos de vida de George Sprott); la apuesta por un catálogo de composiciones variopintas --desde las dobles páginas a las planchas desplegables que guardan los recuerdos más íntimos, extras que obviamente no incluía la versión para el New York Times--; el gusto por los troquelados, que en el caso del autor canadiense se muestran ya construidos (y la imperfección de sus aristas ponen de manifiesto un autor más humano); o la adopción de un discurso objetivo cercano al documental, aunque la frialdad suele ser una constante últimamente (y citar a Clowes es casi obligado). Sprott es descrito en todas sus facetas: un narcoléptico fracasado en el amor que comparte su pasión por el ártico a través de fascículos para niños o grabaciones para TV. Se suceden las entrevistas a allegados, sueños y alucinaciones, pasajes del pasado en el seminario, destacando el papel de los asiduos a sus conferencias o los coleccionistas de objetos. Seth realza la complejidad del ser humano al tiempo que demuestra la capacidad camaleónica del cómic para convertirse en reportaje en profundidad.

Diario de un ingenuo

Las aventuras de Spirou y Fantasio: "Diario de un ingenuo", de Émile Bravo (Planeta de Agostini, octubre de 2009). 70 páginas. Color. PVP: 10, 95 euros.

Bravo propone un acercamiento muy original en torno a uno de los personajes clásicos de la BD, asemejándose a Edgar P. Jacobs tanto en la composición como en el trasfondo político. Presenta a Spirou como un testigo de excepción del inicio de la Segunda Guerra Mundial, con una inmejorable galería de secundarios (el boxeador y la modista, los altos cargo polacos y alemanes, los niños perdidos...). Además, el autor de Mi mamá está en América, materializa el primer encuentro con el paparazzi Fantasio --ojo a la escena de travestismo--, describe un Spip chocante y revelador y presenta su despertar amoroso al lado de una joven espía. Guiños a Tintín y momentos cómicos y sensibles a partes iguales en una trama muy bien elaborada dentro de los cánones de la línea clara.

Epicuro el Sabio

Epicuro el Sabio, de William Messner-Loebs y Sam Kieth (Norma Editorial, septiembre de 2009). 160 páginas. Color. PVP: 23 euros.

No sé cuánto tiempo estuve buscando la edición de Zinco de Epicuro el Sabio hasta que ya la di por perdida. Se decía que era complicado conseguir los derechos de Piranha Press, un experimento de cómic adulto bajo el manto de DC. Poco después encontré "El carro de sol" en un número de "Avance rápido" y pude comprobar de primera mano que las alabanzas a este título están bien fundadas. Por ello, la recuperación de una obra tan meritoria en toda su plenitud era un deber que por fin se cumple. Gags en cada página merced a un Messner-Loebs bien documentado, una planificación asombrosa en Kieth (que se tuerce en el cuarto y último episodio, de fabricación reciente), escenas llenas de sensualidad y aventuras protagonizadas por celebridades clásicas como el moderado Epicuro, Platón, Alejandro Magno y, en segundo plano, Sócrates, Aristóteles, así como una buena representación de los dioses del Olimpo. En "Los muchos amores de Zeus", la pareja artística alcanza una hilaridad difícilmente igualable, donde el trazo del creador de The Maxx llega a asemejarse incluso a Sergio Aragonés. Un tomo divertido que recrea la filosofía y la mitología griega desde un punto de vista único. El integral de Norma incluye un artículo de Álvaro Pons y una galería de cubiertas y bocetos.