30.9.08

Reseñas: Yo maté a Adolf Hitler

Yo maté a Adolf Hitler, de Jason (Astiberri, septiembre de 2008). 48 páginas. Color. PVP: 12 euros.

Astiberri vuelve a obsequiarnos con la edición española de otra obra maestra de Jason: “Yo maté a Adolf Hitler”. El libro se lee en un santiamén y, puesto que el autor noruego nos da toda una lección de arte secuencial al narrarnos su historia, llegamos a la conclusión de que se trata de un título intraducible a otros lenguajes. Es decir, podría confeccionarse un interesante cortometraje cinematográfico con el mismo argumento, pero el resultado jamás sería tan satisfactorio. Bajo la aparente sencillez de la línea clara del autor de “No me dejes nunca” y los colores chillones de Hubert se oculta un relato perfectamente armado que aúna distintos géneros: desde el futurismo y la ciencia-ficción (se plantea una era sin escrúpulos donde cualquier excusa es buena para contratar a un asesino a sueldo y en que las máquinas del tiempo son una realidad); pasando por la comedia –es imposible no reírse cuando los figurantes comienzan a caer como peleles—; el romanticismo y el slice of life (el protagonista vive una historia de amor truncado debido a un error en su oficio); hasta llegar a la novela histórica y de espionaje –al incluir personajes reales como Adolf Hitler y escenas de seguimiento que parecen sacadas de “Misterioso asesinato en Manhattan”—. Entre los puntos fuertes de “Yo maté a Adolf Hitler” están sus brillantes diálogos, una ambientación creíble o el ya clásico final sorpresa a lo Jason. Además, los viajes temporales siempre abren enigmáticos bucles, y no os perdáis esa secuencia genial donde la amenaza se transparenta en la pantalla de TV. Va siendo hora de echarle un vistazo a aquel western que el dibujante firmó para The New York Times, y contar los días hasta la salida de “El último mosquetero”. ¡Imprescindible!

29.9.08

Reseñas: Rara Avis

Rara Avis, de Kike Benlloch e Iván Suárez (Polaqia, septiembre de 2008). 76 páginas. Blanco y negro. PVP: 9,50 euros.

¿Qué tienen en común un tatuador negro, la baronesa descalza, una cantante huérfana y un oficinista que colecciona jaulas para pájaros?, se nos pregunta en la contraportada de “Rara Avis”, la penúltima obra de Kike Benlloch –el mes que viene aparecerá “Cuimhne”—. Después de leerla uno llega a la conclusión de que todos los personajes ambicionan lo que no poseen: el mar, la identidad de aquella mujer que le salvó la vida, el poder… Y poco más puede sacarse en claro, dado que se trata de una novela gráfica donde el perfil psicológico de los protagonistas adquiere mayor peso que el de los acontecimientos. Además, abundan las elipsis, los símbolos y las panorámicas de una ciudad costera que recuerda a la inolvidable Capital, por no hablar de esos extraños pajarracos oscuros y delatores que parecen guardar la clave de la historia. En este sentido, el lápiz de Iván Suárez adopta formas engañosas y sugerentes que encajan a la perfección con lo narrado. En “Rara Avis” hay lugar para sentencias, revelaciones y sesiones de hipnosis. La noria o el faro funcionan como enclaves mágicos, no en vano, se menciona de pasada el maleficio que embarga a uno de los personajes. Si bien el texto parece en ocasiones deslavazado, hallaremos similitudes con “Pinche mundo”, no sólo por la aparente sencillez del guión frente a otros títulos de Benlloch más complejos (“Dámsmitt”), sino también por contener pasajes enigmáticos que el aficionado agradecerá bastante. En mi opinión, nos hallamos ante un trabajo menor del autor de “Chu Chu”. ¡Pero es que el escritor gallego había dejado el listón demasiado alto!

26.9.08

Reseñas: American Splendor (Otro día más)

American Splendor: “Otro día más”, de varios autores (Planeta de Agostini, septiembre de 2008). 140 páginas. B/N y color. PVP: 11,95 euros.

Tras su éxito en la gran pantalla, DC comenzó a publicar la mítica cabecera “American Splendor” de Harvey Pekar. Y ahora Planeta edita un primer volumen con sus historietas más recientes, donde cuenta con la ayuda de un plantel de artistas renombrados. En estas páginas volveremos a toparnos con la honestidad, crudeza y realismo que caracterizan el trabajo del guionista de Cleveland. Es inaudito cómo, mediante la narración de los momentos cotidianos de un jubilado, logra la complicidad –y la compasión— del lector. No obstante, el balance general, si lo comparamos con la excelente compilación de los trabajos de Robert Crumb (que disfrutamos aquí de la mano de La Cúpula), no supera el notable. Aun así, me recuerda que tengo pendiente desde hace unos meses su “Macedonia”. ¿Nadie se animará a sacar sus historias clásicas, aquéllas que le convirtieron en autor de culto y protagonista de un galardonado filme?

Ty Templeton se desmarca de su línea habitual y ofrece unas viñetas llenas de grises y trazos de lápiz para hablar del Alzheimer que consumió a los padres de Pekar o enumerar las anodinas tareas matinales del protagonista. Un reconocible Richard Corben relata la desaparición de las gafas de su hija adoptiva Danielle, mientras Eddie Campbell se acuerda de aquellos héroes de papel que tan pronto daban un concierto como combatían el crimen. El siempre delicioso Gilbert Hernández se fija en la relación entre vecinos y los recurrentes problemas con el retrete. Por su parte, Dean Haspiel, que ya se encargó de “El Derrotista”, es el dibujante que firma más páginas del tomo. En ellas trata asuntos peliagudos como el cobro de cheques, la desaparición de un gato, el celebérrimo episodio con el desatascador, las peleas infantiles, las convenciones de cómic o las pesadas correcciones que tuvo que hacer para colaborar en Playboy.

Luego está el hiperrealismo de Zachary Baldus o Chris Weston, que se detienen en anécdotas varias –con la caja del supermercado como fuente de inspiración constante—. Asimismo, Greg Budget y Gary Dumm se encargan del alegato contra la segregación de los negros con un grafismo a medio camino entre el underground y lo mesiánico de Jack Chick. En el otro extremo se sitúan los caricaturescos Bob Fingerman y Hunt Emerson: el primero demostrando que a Pekar todavía le interesa el jazz y el segundo, con cierto parecido a Groening, deteniéndose en su etapa como supervisor en una fábrica de cerveza.

Hay otros autores que juegan con el claroscuro, como Chris Samnee, Leonardo Manco y Ho Che Anderson, que plasman los suplicios de Pekar con las tormentas de nieve, la cita con el mecánico o las lecturas en el patio junto a su esposa. Otros dibujantes menos destacados que participan en esta antología son Steve Vance, Josh Neufeld, el acolchado Rick Geary, el feísta Chandler Wood y Hilary Barta, que se centran en las críticas y los prejuicios respectivamente. La edición española incluye las cubiertas americanas de los cuatro números que se recogen.

15.9.08

Reseñas: Solo #10 (Damion Scott)

Solo #10: Damion Scott (Planeta de Agostini, septiembre de 2008). 48 páginas. Color. PVP: 3,95 euros.

El estilo hip-hop / grafitero de este artista jamaicano llamó la atención de los lectores de Batgirl, como en su día deslumbraron Simon Bisley, Sam Kieth o Tim Sale. Tomándose al pie de la letra aquello de recrear el universo DC, Mosh presenta a Flash como el corredor de la muerte, dedica ocho pin-ups a Superman y nos regala dos historietas protagonizadas por los secundarios del Hombre Murciélago. Además, su número de Solo incluye portadillas con bocetos y comentarios del autor. Por un lado, adopta un registro cartoon / amerimanga para narrar la “Segunda oportunidad”, donde las versiones femeninas de Batman y Robin se enfrentan a la pistolera Calamity. Por otra parte, hace gala de un trazo barroco, desproporcionado y alucinógeno, con un llamativo empleo del color y los rotuladores. Es el caso de la citada “Carrera mortal”, un alegato contra la pena de muerte de tintes oníricos; o de “El batallón” –un episodio que plantea la siguiente pregunta: cuando un metahumano se enamora, ¿tiene ocasión de decírselo a la otra persona?—, con los arquetípicos Robin y Batgirl muy abrazados en la liana. En uno de sus textos, Damion Scott advierte que prefiere los dibujantes que hay que descifrar, un lujo que pocos pueden permitirse en estos tiempos que corren tan acelerados. En resumen, una curiosidad pergeñada por una rara avis absorbida por la industria del noveno arte.

13.9.08

Reseñas: Invencible #9

Invencible #9: Tres son multitud, de varios autores (Aleta Ediciones, agosto de 2008). 160 páginas. Color. PVP: 15 euros.

A veces, las editoriales menos experimentadas en el género son las más apasionadas en su trabajo, quizá porque aún conservan la ilusión de sacar adelante productos con un valor añadido. Estamos hablando de Aleta, que vuelve a agasajarnos con gran cantidad de material extra en este volumen: la introducción de Eric Stephenson, los bocetos de desarrollo de la serie comentados por el guionista –al más puro estilo making of—, y la inclusión de “El Pacto” (un número especial dibujado por Jason Howard y protagonizado por los jóvenes héroes de Image Firebreather, Zephyr y Shadowhawk). De este modo, uno se vuelve más benévolo si luego encuentra errores de rotulación…

Invencible está lleno de clichés, pero la sabiduría de Kirkman convierte esta cabecera en algo novedoso. Frente a la pobreza argumental de algunos escritores más lineales, el autor de Los Muertos Vivientes se decanta por aunar multitud de tramas, manteniendo la sensación de amenaza a lo largo de cientos de páginas y guardándose las sorpresas para el momento adecuado (ahí están esa vertiente gore y las reacciones imprevisibles del protagonista). Ottley, por su parte, convence por su expresividad y ciertos splash-pages espectaculares, pero repasando las entregas anteriores parece que está cada día más vago.

Por ello, resultaría muy complicado resumir todo cuanto ocurre en este tomo. Primero, un triángulo amoroso imposible: Mark Grayson y Amber visitan a Athom Eve, que ahora vive en África mientras aumenta el dominio de sus poderes. Art sigue siendo el sastre confidente, al tiempo que Robot usa a los gemelos Mauler para lograr una clonación perfecta. Luego hay unos cuantos guiños sutiles a otras cabeceras: Brit –con esa irrupción actualizada de Mastermind—, Spiderman (Octopus incluido) o Batman, merced al poder teleportador de Angstrom Levy. No podemos olvidar la presentación oficial de Shapesmith –aquel alienígena infiltrado— o la impresión que da toparse con los Guardianes de la Tierra del futuro. Por último, descubrimos la faceta como escritor de ciencia-ficción de Omni-Man, que podría ayudar a Invencible a destruir a los viltrumitas.

Kirkman es absorbente como una esponja, un hábil cocinero que sabe dosificar los ingredientes precisos y que a veces muestra su lado más extremo, pero siempre resulta ágil y entretenido. Si queréis demostrarle a alguien que aún se siguen haciendo cómics de superhéroes decentes, no dudéis en recomendarle Invencible.

8.9.08

Reseñas: Afortunada

Afortunada, de Gabrielle Bell (La Cúpula, agosto de 2008). 116 páginas. Blanco y negro. PVP: 18 euros.

Después de leer sus prometedoras colaboraciones en la antología Mome resultó llamativo encontrar malas críticas de “Afortunada”. ¿Es que la nueva sensación del underground neoyorquino no puede permitirse el lujo de escribir un diario, como ya hicieron Kochalka o Liniers? Ya sabemos que el slice of life no se caracteriza por la riqueza del argumento, sino por su naturaleza documental. Partidaria de la línea clara y las páginas de seis o cuatro viñetas, Gabrielle Bell asume cada una de las tres entregas de este libro con un propósito distinto. Asimismo, la autora tuvo que enfrentarse a una de las mayores desgracias que pueden ocurrirle a un artista: perder su obra de arte y verse obligado a reescribirla. La rutina viene marcada por los cambios de piso y las fianzas; los trabajos basura (especialmente el de modelo de clase de pintura); los problemas domésticos y los encuentros con desconocidos; los picnics y los reportajes falseados; las visitas a los museos y los viajes; los happenings y el clásico mercadillo de cómics; el oficio de ayudante, profesor particular y diseñadora de joyas; el yoga y los besos a la francesa. Si ya se aprecia una notable evolución gráfica y narrativa desde las planchas iniciales hasta las últimas, Bell sorprenderá al lector con “El agujero”, una de las historietas extra que incluye el volumen, donde la ficción y lo paranormal engullen lo verídico y lo cotidiano, quizá para marcar un nuevo camino en su carrera o para certificar que las anodinas vivencias anteriores se dirigían a buen puerto. En cualquier caso, una lectura recomendable que La Cúpula presenta en una cuidada edición en cartoné con hermosas cubiertas interiores rojas y traducciones al pie.

3.9.08

Reseñas: The Spirit #6

The Spirit #6, de Darwyn Cooke (Norma Editorial, agosto de 2008). 48 páginas. Color. PVP: 4,50 euros.

“¿Recuerdas que no había nada más importante que besar por primera vez a alguien a quien amabas?”

Finaliza la etapa de Darwyn Cooke al frente de esta revisión de The Spirit con la venganza de El Morte, que llenará Central City de zombis (no muertos, al igual que Denny Colt) al más puro estilo Planet Terror. Gran acierto incluir un personaje gay como Argonaut Bones, o usar al propio Sr. Azul de narrador en los dos episodios que contiene el volumen. El protagonista se muestra especialmente arrepentido por la ola de violencia que ha ido originando a su paso, de modo que no tiembla en el momento del sacrificio. El siguiente capítulo, iniciado con la muerte del comodín Hussein y el regreso de Sand Saref, remueve los cimientos infantiles de Spirit. Para diferenciar los flash-backs, el autor recurre a la plumilla con muy buen resultado. Es curioso el parecido entre el origen de Batman y el absurdo atraco que se relata en estas páginas. Bajo una atmósfera neblinosa –el mejor marco para la irrupción de Octopus—, la hermosa villana viene haciendo negocios sucios con un virus mortal. Como promete la cabecera, “acción, misterio y aventura”, además de mucha sangre y violencia explícita. En la sección de noticias se anuncia la publicación por parte de Norma de los números posteriores a cargo de un nuevo plantel de artistas, cuyas reseñas tendréis que buscar ya en otro sitio.

1.9.08

Reseñas: Bone #7 (Círculos Fantasma)

Bone #7: Círculos Fantasma, de Jeff Smith (Astiberri, agosto de 2008). 160 páginas. Color. PVP: 15 euros.

Con este volumen comienza el último tercio de la obra magna de Jeff Smith. El volcán entra en erupción mientras Lucius yace convaleciente junto a los aldeanos y los monjes veni-yan-cari. Por su parte, la abuela Rose, Thorn y los primos Bone se hallan en pleno éxodo –en su acepción más bíblica— por el valle. Allí tendrán que esquivar los peligrosos círculos fantasma, una suerte de segunda realidad que proporcionará escenas espeluznantes como el acecho del Señor de las Langostas. En este sentido, el colorista Hamaker aplica tonalidades más oscuras en todo el tomo. El ensueño envuelve a los personajes hasta el punto de que Phoney y Fone se transforman por unos instantes en Ahab e Ishmael. Mención aparte para el bondadoso Smiley, que se siente desnudo sin su chaleco y le encanta dar calambres. Bartleby (otra referencia a Melville) también ha crecido y se une a la aventura de camino a Atheia. A las puertas del desenlace, el lector se sentirá molesto con las triviales discusiones de los protagonistas o su lento avance. Y en octubre llega la siguiente entrega: “Cazadores de Tesoros”.