Con un poco de retraso (hasta ayer no pude leerlo), he aquí la prometida reseña del volumen número 27 de la colección de cómics de
El País, dedicado a
Rip Kirby. El álbum, de 62 páginas, contiene tres historias:
El trono de Credonia (1974),
Los hechizos del Dr. Zadan (1986) y
La jaula de esmeraldas del Amazonas (1987). Sus autores,
John Prentice y
Fred Dickenson, continuaron la labor de
Alex Raymond hasta 1999, momento en que el personaje abandona su mundo de acción y aventuras para dedicarse a la enseñanza.
Ante semejante material,
Planeta debió optar por centrarse sólo en la producción del creador de
Flash Gordon, que según los expertos aporta las tiras más originales de la serie. Un servidor no ha podido leer la edición apaisada de
Biblioteca Grandes del Cómic, pero el tomo aparecido en el coleccionable corrobora esta apreciación: se trata de un héroe decadente, con argumentos predecibles y un ritmo que se ralentiza en el desarrollo -quizá a causa de las repeticiones propias de los
strips-, para luego presentar un final rápido y poco convincente. Supongo que la selección realizada por el periódico tiene parte de culpa, pero es un sentimiento que se repite a menudo entre los lectores españoles. Hablo de esos
clásicos del tebeo de los que se habla tanto, de esas
joyas del noveno arte que suelen publicarse en España con varias décadas de diferencia. Muchas pierden su efectividad con el paso del tiempo (lo cual debería poner en tela de juicio esa misma etiqueta de
clásico), y tenemos que conformarnos con ediciones baratas de
EC Comics, por ejemplo, que ya no causan ni la mitad de impacto que en su día.
Volviendo al ejemplar de
Pasión por los Cómics, la primera aventura nos presenta a un Rip Kirby que prueba a dejarse barba y ver si ocurre algo. Pese a las críticas de su mayordomo
Desmond, el detective empieza a sufrir contratiempos propiciados por su parecido con el
príncipe Bartho, un candidato al trono de Credonia al que unos mafiosos pretenden silenciar para que el progreso, los casinos y los coches de marca se introduzcan en la tierra. El segundo episodio se centra en
Lita Chiara y su abuelo, que parece ser víctima de un embrujo. Kirby demostrará que las argucias del
Dr. Zadan, más allá del poder mental, son sucias argucias ejecutadas por sus esbirros mediante cerbatanas y copas envenenadas. Por último, los autores nos trasladan al Amazonas para narrarnos la búsqueda de un tesoro escondido que pertenece a la familia de
Pamela Forbes, una intrépida amante del protagonista. Tan exótica trama se salda con un par de escenas de rápidos en el río y un doble fondo en el cofre de las esmeraldas. Como mencionaba arriba, la lectura resulta un tanto decepcionante después de leer artículos y críticas tan positivas sobre esta serie.