28.9.05

Reseñas: Cuarto Mundo #1

Cuarto Mundo #1, de Jack Kirby (Planeta de Agostini, septiembre de 2005). 172 páginas. PVP: 4,95 euros.

Hace tiempo que terminé de leer el primer número del Cuarto Mundo con el que Planeta ha iniciado su colección de Clásicos DC (como el formato escogido ya ha suscitado numerosos comentarios, obviaré el asunto), sin embargo he preferido dejarlo reposar y hacer un pequeño esquema con los conceptos de esta epopeya, y de ese modo aclarar las ideas ante la macrosaga que se avecina.

El planteamiento de Jack Kirby es muy clásico. Los nuevos dioses -aquellos que surgieron tras la desaparición de las primeras divinidades- habitan dos planetas enfrentados: Nueva Génesis y Apókolips, que representan el bien y el mal. Los primeros, liderados por el patriarca Highfather, lucharán contra los planes de Darkseid, que pretende controlar las mentes de todos los seres. Para ello cuentan con Orion, un misterioso guerrero cuya destreza en la batalla hace dudar de su verdadero origen. En el primer ejemplar asistiremos a una impactante transformación de su personalidad, y sabremos que su padre es el mismísimo estratega en la sombra. Le acompaña en esta empresa el novato Lightray, un joven inexperto al que salvará en alta mar en un memorable episodio que termina con un ex combatiente de Normandía atado a un palo.

Todo comienza cuando Orion descubre que en Apókolips tienen capturados a unos terrestres. A través del boom-túnel (un pasillo interdimensional) logran escapar hasta Metrópolis (la Tierra) y allí comienza una nueva guerra de bandas: los anónimos Victor Lanza, Caludia Shane, Harvey Lockman y el detective Dave Lincoln ayudarán a O'Ryan (en inglés suena muy parecido a Orion) a acabar con Intergang, la banda a la que Darkseid ha confiado una bomba.

Durante la trama hará acto de presencia Metrón, un dios inteligente ávido de conocimiento cuya silla Mobius le permite viajar a través del tiempo y el espacio. De dudosa moral, facilitó a los habitantes de Apókolips el boom-túnel cuando aún gobernaba Heggra (la madre de Darkseid). Asimismo, irrumpe en escena El Corredor Negro, un emisario de la muerte que se encarna en el veterano de Vietnam Willy Walker. En la pelea, Orion se topará también con las mutaciones orgánicas de Los Seis Profundos: Slig, Joffar, Shaligo, Trok, Gole y Pyron; así como con el poderoso Kalibak y con Desaad, el inventor y mano derecha de Darkseid. Otros personajes que se presentan veladamente en este volumen son Tigra (la madre de Orion) y Steppenwolf, el ministro del terror en Apókolips en la juventud de Darkseid.

Kirby utiliza pequeños entremeses para completar el mosaico del Cuarto Mundo. De este modo nos acercaremos al primer desencuentro entre Nueva Génesis y Apokolips, esta vez protagonizado por Izaya (que al final del tomo se revelará como el Highfather), que desemboca en su insumisión ante el cariz que estaba adquiriendo el duelo. De ahí surgirá La Fuente, el oráculo que indica el camino a los nuevos dioses. Pero los pobladores del planeta del bien se sirven igualmente de la industria tecnoactiva, y de la astro fuerza y la caja madre de Orion para combatir el mal.

22.9.05

Superman, Batman y Spiderman: ¡crossover hindú!

No os perdáis este crossover imposible que reúne a los hombres más poderosos sobre la faz de la tierra: Superman, Batman y Spiderman se alían para combatir a Shakoora el Mago. Aquí sobra hablar de derechos por parte de Marvel y DC... Se trata de un cómic hindú.

20.9.05

Linhart nos inquieta...

Inrevés tuvo a bien recopilar hace unos años los trabajos dispersos que Linhart había publicado en varias revistas minoritarias en el cómic-book Fin. Se dejaba entrever la influencia de Charles Burns, Chris Ware o Daniel Torres en esas mínimas estampas pintadas con la precisión de un grabador. Sus historias están rodeadas de una atmósfera malsana: un matrimonio que se odia e intercambia escupitajos y mocos, un horticultor coprófago que usa excrementos humanos como abono, un hombre que se queda inmóvil ante el abanico de fatalidades del destino, un vecino que resulta arrollado por un meterorito después de confesar lo que haría "el último día sobre la faz de la tierra", una joven violada que se siente incapaz de superar el trauma, un criminal que atropella por accidente a una niña y luego se une a la búsqueda del cuerpo (igualito que Dolores Vázquez), un adolescente que se masturba con un útero en formol y le pide dinero a su madre ladrando... Y para terminar, el efecto 2000 en forma de lagartijas de ultratumba.

Pros y contras de Liberty Meadows

Frank Cho ya sabe lo que significa publicar en Washington Post. ¿Prefiere el autor de origen coreano el gran público a los lectores de cómic adulto? Bastaría con quitar esos carteles negros y evitar ese humor blanco que arruina tantas tiras. El chico-mono se permite homenajear y caricaturizar a los clásicos, pero no ve la viga en el ojo propio. Y eso que los reputados prologuistas de la edición española (Santiago Segura, Hernán Migoya...) coinciden en la existencia de secuencias banales en la serie. Personalmente prefiero que Cho dibuje mujeres esculturales a que abuse de los dinosaurios.

Sin embargo, no podemos negar que se trata de una tira moderna y ecléctica, a pesar de ciertos chistes localistas o ligados a la actualidad que pierden efecto con el paso del tiempo. Los mejores ingredientes de Liberty Meadows, a mi juicio, son sus personajes (los inolvidables Ralph, Leslie, Dean, Truman, Oscar, Frank, Brandy, Jenn, Al, Tony, Julius...) y las grandes sagas, como la Brandy malvada o el incendio del bosque. Sin duda, estas tramas ganan en el formato recopilado que ofrecen Image en EEUU, y aquí La Colla de la Pessigolla (aunque algunos escaneos dejen mucho que desear y repitan ciertos strips).

18.9.05

Reseñas: Kane #4

Kane #4 (Dolmen, septiembre de 2005). 160 páginas. PVP: 9,95 euros.

En este volumen somos más conscientes que nunca de que las entregas de Kane son como las celdillas de una gran colmena ideada por Paul Grist, una historia coral donde los protagonistas no son los habitantes de Nuevo Edén, si no la ciudad en sí. Pero el autor tiene destreza suficiente para dotar de unidad formal y argumental cada episodio.

A estas alturas los flashbacks también empiezan a incordiar: ¿cuántas veces hemos visto morir al agente Harvey? Por otra parte, se aprecian unos pinceles menos precisos de lo usual, como si el dibujante estuviera recuperando páginas antiguas o tuviera prisa por publicarlas.

En la nota introductoria, Vicente García asegura que Grist ha estado muy vinculado a la edición española y que Dolmen sacará un quinto y último (por ahora) tomo, que recogerá siete capítulos aún inéditos en nuestro país. Su labor con este título ha sido ejemplar, dotando de cierta periodicidad una serie que no se ha caracterizado precisamente por ser puntual. Si bien los volúmenes han ido perdiendo grosor -de ocho se ha pasado a cinco entregas por número-, el precio también se ha adecuado a las circunstancias.

La acción se abre con la muerte de Rico Costas, que había sido encarcelado la noche anterior. Todo apunta a que el Ciego sigue actuando, mientras el teniente Wratz de asuntos internos interroga a los miembros de la comisaría para depurar responsabilidades. El agente Marylyn se arrepiente de haber usado spray de pimienta en su detención y un nuevo personaje, el periodista Ed Streetz, hace su entrada triunfal.

A continuación, Paul Grist hace un magistral repaso a lo acontecido en Kane a través de recortes del rotativo de Nuevo Edén: The Daily News Final. Entre noticias, editoriales ¡y publicidad! se narra la búsqueda de Jane, la loca del carrito de la compra, que lleva varios días desaparecida. En paralelo, Marsh y Lovett acosan a la prensa como mejor saben.

Poco después llega Tony Angelo. El Frank Sinatra de Nuevo Edén regresa para ofrecer una actuación especial en el Kitty Kat Klub, donde Grainger intentará ajustarle las cuentas. Pero Frankie, el trasunto de Marv (de Sin City) creado por Grist, lo echará todo a perder y se llevará al alcalde a cuestas.

En el episodio más flojo conoceremos a un joven que se hace llamar la Antorcha Humana que quiere cobrar por el incendio provocado en el club de Darke. Se supone que el Ciego está pisándole los talones al detective Kane, pero apenas lo vemos. En este punto, como citábamos al comienzo, el autor abusa del salto temporal y apenas se avanza en la investigación principal. Por último, Grist retoma a Meyer, el empleado de banca que escapó con un maletín lleno de dinero. Esta trama secundaria viene desde mucho antes, y ahora se ahondará en los detalles del golpe.

17.9.05

¡Consigue tu peluche de Rantamplán!

El otro día distinguí desde la ventanilla del autobús un rótulo en un quiosco: Lucky Luke. ¡Se trataba del coleccionable fantasma! Por suerte tenía que bajarme poco después, así que en el camino de vuelta le pedí el álbum a la dueña. Me preguntó si quería llevarme el cartón y le dije que sí: iba a examinarlo con lupa. En letras bien gordas, un reclamo quizá equivocado: "¡Del cine a tu kiosko!". ¿Pero alguien ha ido a ver esa película de los Hermanos Dalton? Continué mirando el folleto con las ofertas de suscripción y me topé con el peluche de Rantamplán:



Bajo el membrete de "producto oficial" nos presentan un muñeco que, si bien tiene las características básicas del personaje de Morris (la nariz gorda, los ojos entrecerrados y la placa de sheriff...), por su forma parece más bien un engendro de la biología juguetera. "Simplemente adorable", "La mascota que todos desearíamos tener" o "Entrañable compañero de aventuras" son algunos de los calificativos de Planeta, que ha decidido obsequiar con este insólito artículo a los completistas.

Aunque lo dejé para el final, sobra decir que lo mejor de todo es la historieta Los primos Dalton (1958), memorable episodio en que irrumpen por primera vez Joe, Jack, William y Averell, unos forajidos de poca monta que quieren vengar la captura de sus primos a manos de Lucky Luke. Por la numeración de las páginas (el volumen se inicia en la 479) sospechamos que Morris ya había trabajado bastante en esta serie, pero aún quedaban años para que alcanzara su madurez. No hallaremos esos detalles faciales tan peculiares, ni los fantásticos diálogos con Jolly Jumper, pero sí esas escenas cómicas a las que Goscinny nos tiene tan acostumbrados. Los lectores disfrutarán de lo lindo viendo el entrenamiento que siguen los cuatro hermanos para poder enfrentarse al vaquero que dispara más rápido que su sombra. Éste los engañará haciéndose pasar por aliado mientras lo único que consigue es devaluar todavía más su dudosa reputación.

Paracuellos de Carlos Giménez (El País)

Con la adquisición de Paracuellos doy por terminado mi coleccionable de El País (Garfield ya está muy visto), que durante algunos meses ha rellenado esos huecos que dejan las novedades poco interesantes. La edición del periódico corresponde a la segunda parte de la serie, retomada por Carlos Giménez a finales de los noventa, que aporta un trazo más estilizado que en sus primeras obras. El álbum, de 58 páginas -4 de ellas escritas e ilustradas por el dibujante a modo de prólogo, donde habla de su paso por los hogares de auxilio social-, recoge un total de ocho historias: Cartas, Las vacaciones, Teatro, Pitos, Piscurros, "Cagapoco", La llave y Tebeos y queso.

Desde su álter ego Pablito Giménez, el artista madrileño relata sus vivencias infantiles durante el régimen franquista y revela las ilusiones y desgracias de los niños de esa generación: el valor que se le daba a los tebeos, la vocación religiosa, el hambre (o porqué los críos se comían hasta la piel del melón) o la enfermedad. Sin duda, la escena más hilarante se produce cuando uno de los internos sufre estreñimiento y acude a la enfermería para que le pongan una lavativa. ¡Imaginaos cómo queda el uniforme de la doctora!

Según afirma Giménez en la introducción, todas las aventuras presentes en Paracuellos están basadas en hechos reales. Quizá por ello tengan ese aire de verosimilitud que no destilan las obras fantásticas. Siempre había tenido predilección por la ficción absoluta frente al manido discurso autobiográfico, pero he de reconocer últimamente he ido encontrando testimonios gráfico-literarios que me han hecho recapacitar.

Ideas Negras de Franquin: una rareza de la BD

Llevaba un tiempo buscando el Ideas Negras de Franquin, una rareza de la BD donde el autor de Spirou y Gastón muestra un registro nada condescendiente: a partir del experimento de un dibujante del Saturday Evening Post de representar sus personajes a través de siluetas, al autor belga se le ocurre hacer lo mismo y aprovecha para destilar su humor negro, así como su carácter depresivo y perfeccionista.

Una vez obtenida la fabulosa edición de Dolmen en formato súper-álbum, que incluye un prólogo de Jordi G. Sempere, una nota introductoria de Gotlib y una entrevista al propio Franquin, reparamos en la vigencia de sus mensajes: hay chistes sobre ecología, contra el progreso sin sentido, viñetas acerca de la estupidez y miseria humanas, ocurrencias con un trasfondo de pacifismo y muy mala leche con los cazadores, mientras que queda patente su debilidad por las guillotinas y los animales.

Detallista al máximo y de trazo dinámico e inconfundible -que muchos autores españoles intentaron imitar-, Franquin incluso se permite hacer una hilarante versión de la pasión de Jesucristo, además de describir un suicidio, atacar al consumo de tabaco y la fiesta de los toros.

Las 65 historias que componen esta obra, casi todas de una página, suelen ir encabezadas por un malicioso juego de palabras, y cada una significa un reto para Franquin. Originalmente se publicó en Le Trombone Illustré, un encarte de la popular revista Spirou (¿alguien recuerda el Spirou Pirata que salía en España?), para luego ser recopilado en dos libros.

13.9.05

Las Aventuras de Batman: Sombras y Máscaras

Las Aventuras de Batman #2: Sombras y Máscaras (Planeta de Agostini, septiembre de 2005). 112 páginas. PVP: 5,50 euros.

Planeta saca a la venta el segundo número de Las Aventuras de Batman en formato digest con un papel más resistente que el del ejemplar anterior. Al comenzar a leer, uno se topa con la primera errata: el rótulo del primer capítulo, Disparo en el corazón, parece repasado por los mecánicos de la imprenta. Pero era una falsa alarma. El resto del tomo es pura delicia.

La acción se sitúa en los días en que Máscara Negra intenta adueñarse de Gotham con la ayuda de sus compinches. Batman se infiltrará en la banda caracterizándose de Cerillas Malone, y gracias a su soplón Anguila O'Brien logrará truncar los planes de Deadshot, Firefly, Araña Negra, Tigre de Bronce, Sportsmaster y Jefe Gorila. Pero detrás de todo estará Capucha Roja, que decide postergar su aparición para otra ocasión.

Paralelamente, los autores de la serie retratan el rostro más íntimo de Bruce Wayne, un hombre de negocios que no tiene tiempo siquiera para enamorarse. En concreto se cuenta su desencuentro con Julie Madison, la candidata ideal para recibir la joya que el Hombre Murciélago heredó de su madre hasta que la descubre en una fotografía junto al Pingüino. Más tarde encontrará a la portadora perfecta: la doctora Leslie Thompkins, experta en curar heridas de bala y capaz de reconocer a Batman por sus cicatrices.

En el puzzle de episodios cortos que ofrece el volumen conoceremos a detectives más terrenales como Bullock o Ricky Squib, que padecen en carne propia el mandato de Cobblepot. Asimismo irrumpen secundarios como Phantasm, alias de la hermosa Andrea Beaumont (¿cómo es posible que disfrazada adquiera esa fisonomía tan masculina e imponente?), y veremos al Señor de la Noche vestir su armadura ignífuga.

Su corazón solidario le impide olvidar a las víctimas colaterales de los actos cometidos como Malone (cuyo bigote le recuerda a su padre), y a la joven madre soltera Charlotte Reade le facilitará un empleo en Empresas Wayne. Los lectores avispados hallarán sendos homenajes al pintor norteamericano Edward Hopper y a la famosa comedia televisiva Friends, el segundo a raíz de un chiste de Batgirl.

Hacia el final del ejemplar nos topamos con la suculenta Trampas a go-gó, una secuencia de pin-ups que funciona a modo de lección magistral, donde Batman le explica a Robin cómo logró escapar de las peores trampas de sus enemigos más letales. ¡Ojo a la doble página de la casa de los horrores del Espantapájaros! Por último, El sofá nos permite descubrir los pensamientos más profundos del superhéroe durante una particular sesión de psicoanálisis.

Y no lo olvides: ¡si sólo puedes comprar un tebeo de Batman este mes, que sea éste!

12.9.05

Receta para elaborar la poción mágica de Asterix

La web oficial de Asterix no para de dar noticias. Según se aproxima el cuarenta aniversario del personaje creado por Goscinny y Uderzo, cada vez hay informaciones más detalladas sobre la réplica de la aldea gala que se inaugurará en Bruselas el próximo 22 de septiembre. Entre las actividades que ofrecerá el parque temático no podía faltar la degustación de la poción mágica que tantas alegrías ha reportado a esta irreductible comunidad. La famosa bebida, que otorga una increíble fuerza a quien la prueba, "se hará según una ancestral receta de los druidas celtas al otro lado de los Pirineos, conocida como queimada". ¡Quién nos lo iba a decir! ¡¡Panoramix, debió pasar la juventud entre meigas y aquelarres y copió la popular receta gallega para ahuyentar malos espíritus!!

Los ingredientes de una buena queimada son: aguardiente, azúcar blanco fino, cortezas de limón y algunos granos de café. Mientras se prepara ha de realizarse el conjuro correspondiente.

El nuevo álbum de los héroes del cómic Asterix y Obelix, cuyo título aún es secreto, se comercializará a partir del próximo 14 de octubre en todo el mundo, excepto en Estados Unidos, país que "siempre se ha resistido al poderío del pequeño galo", informa la web. La compañía aérea belga, SN Brussels Airlines, decorará un avión en honor de Asterix y otro en honor de Obelix, que a partir del próximo día 25 "protegerán el espacio aéreo europeo de las invasiones romanas".

Hellboy: Los lobos de San Augusto (El País)

El País entregó la semana pasada su segundo álbum dedicado a Hellboy: Los lobos de San Augusto, una historieta de 44 páginas donde predomina el color negro, que desgraciadamente no se reproduce muy bien en esta versión. Mignola relata la historia del padre Ed Kelly, que intenta levantar una capilla en Griart, una tierra maldita desde que un monje condenara a los habitantes por cultos paganos. Tras la muerte del sacerdote, su camarada diabólico de las ciencias paranormales acudirá al lugar para desentrañar las causas de su desaparición. Le acompaña Kate Corrigan, miembro igualmente de la Agencia de Defensa e Investigación, y juntos serán testigos de extrañas apariciones y de la transformación licantrópica de Grenier, monstruo final de fase con el que Hellboy tendrá que lidiar hasta el final del tomo. En efecto, el autor vuelve a saldar esta leyenda con otro duelo físico entre seres ultraterrenales, que ocupa casi la tercera parte de la aventura. En un momento dado, hasta el hombre lobo de turno adopta el discurso superheroico:

"Y digo que éste es el lugar y la hora de la bestia... ¡Y la bestia soy yo!"

¿No se había ido Mignola a Dark Horse para olvidarse de los musculosos en mallas? ¡Pero si este bocadillo podría adjudicarse a cualquier bestia desenfrenada de Marvel/DC! Eso sí, el dibujante muestra de nuevo su fijación por las fuentes, los retablos y las torres destartaladas.

9.9.05

Mandrake en... "Cobra: el regreso del mal" (El País)

Miro mis pies sanguinolentos y me pregunto si merece la pena. ¡Vaya paseos me veo obligado a dar últimamente para adquirir el coleccionable de El País! Entiendo que los quiosqueros, hartos de tanto cartón, no estén como para ponerse a recortar y guardar cupones. Me pregunto si esta indiferencia se debe a un fracaso en las ventas de la promoción (¿o la promoción no funciona porque en el punto final no le dan al producto la importancia que tiene? ¿Se ningunea al lector de cómics?).

Dejemos el debate para otro momento (en los comments, por favor) y hablemos del álbum de Mandrake el Mago, titulado Cobra: el regreso del mal. La edición del periódico, de 62 páginas, reúne tiras del personaje publicadas en 1959, 1961 y 1967, con guiones de Lee Falk -creador de El hombre enmascarado- y dibujos de Phil Davis (las dos primeras historias) y Fred Fredericks.

El enigma de los astronautas cuenta cómo Grimes, un aspirante a ser el "primer hombre en el espacio", decide sabotear las pruebas de sus compañeros tras no superar las pruebas del centro. Mandrake irrumpirá en escena para demostrar quién es Mr. X y de paso protagonizar un arriesgado salto en paracaídas. Asimismo asistiremos a una prodigiosa clase de ilusionismo cuando el célebre mago desvela que cuanto vivieron sus hipnotizados no ocurrió en realidad.

En El ladrón misterioso se introducen las tramas mecánicas para dar más tonalidades a las viñetas. Aquí, el empleado de un laboratorio químico roba la fórmula de un gas somífero que no deja huella. Con este método se apropiará de numerosas joyas en fiestas de la alta sociedad, asaltará importantes bancos y requisará la placa al mismísimo jefe de Policía. Sólo Mandrake será capaz de entrever el rostro del culpable entre la neblina provocada por la droga. Además, en el episodio acompañamos al prestidigitador, que siempre actúa a cara descubierta, en su número de la cuerda india.

Cobra: el regreso del mal cierra el volumen con la destacada presencia del archienemigo de Mandrake, que decide instalarse en un castillo de Cockaigne para desarrollar sus planes de dominar el mundo. A través de la hipnosis -qué gran poder- conseguirá poner de su parte al alcalde, al primer ministro y al ejército. Cuando regresa el príncipe Segrid de su visita a Xanadu, donde residen su hermana Narda y el mago de la chistera y fino bigote, podrá eludir el poder de Cobra gracias a la inmunidad otorgada por el ilusionista. El misterioso conspirador escapa en medio de una explosión para cerrar la trama con un final abierto a posibles secuelas. Entre los instantes mágicos de este capítulo sobresale la estancia en la galería de villanos, donde Mandrake alude a oponentes como el camello de barro o los ladrones del platillo volante.

8.9.05

En el episodio anterior...

Me disponía a releer la serie limitada de La Sombra que Zinco editó en 1991, firmada por Helfer y Sienkiewicz, cuando me topo de repente con un Resumen de la miniserie anterior:

"Después de esconderse durante más de 30 años, La Sombra regresó para descubrir y aniquilar a quien estaba eliminando a sus antiguos agentes. La mente maestra tras los crímenes era el auténtico Lamont Cramston (cuya identidad había asumido La Sombra creyéndole muerto décadas antes), ahora bajo el nombre de Preston Mayrock. Mayrock creó mediante su avanzada tecnología un hijo clónico, al que quería transferir su propio cerebro. Para ello, debía volver a la ciudad perdida de Shamballah, único lugar donde se podía realizar la operación. Mayrock pretendía hacer salir a La Sombra de su retiro y que le guiara a Shamballah. Amenazando a Nueva York con un misil nuclear, Mayrock creyó poder conseguir su propósito, pero La Sombra (junto a sus nuevos agentes y sus dos vástagos orientales) desbarató sus planes. Mayrock pereció y su hijo clónico cayó desde lo alto de un rascacielos, acribillado a balazos. Eso fue lo último que se supo de él... hasta hace doce horas. Ahora el infierno se desata de nuevo..."

Sobra decir que tras semejante parrafada me invadió tal desazón que ni siquiera pude ojear la primera página. Ya sé que la sinopsis hacía referencia a la historia que Howard Chaykin firmó poco antes para DC, pero ante tal cantidad de datos anodinos (hijos clónicos, misiles nucleares...) me resultó imposible lanzarme a la lectura. ¡Yo que buscaba un cómic sin sin antecedentes retorcidos!

7.9.05

Coleccionable de El Mundo: recuento final

Una vez completada la serie de Zipi y Zape ofrecida por El Mundo en salteadas entregas (números 2, 8, 14, 17, 20, 23, 26, 30 y 35 del coleccionable) es hora de hacer balance. Los seguidores de Escobar deben sentirse afortunados, porque en Ediciones B estos personajes parecen haber quedado relegados a la alargada sombra de Mortadelo. El rotativo ha recuperado en asequibles (y fétidos) tomos varias historietas largas que se hallan entre las mejores de los gemelos Zapatilla:

- Gran safari
- Dándole al balón
- Futbolerías
- Detectives en acción
- La vuelta al mundo
- Enviados especiales
- Aprendices del tuntún
- Un problema de locomotoras

Sin duda, los mejores contenidos se encuentran en los últimos cuatro volúmenes, pues recuperan las páginas más antiguas de Zipi y Zape (las de cinco o seis tandas de viñetas por hoja). Aquí descubriremos pequeñas joyas como El secuestro (en este caso de Don Minervo), Noche de terror, Un, dos, tres... (dedicado al popular programa de TV, con caricatura de Kuko Legrond) o El pavo Gustavo.

Zipi y Zape hacen gala de un humor inocente que ya no se estila y su forma de hablar puede parecer trasnochada. Por su parte, Escobar suele caer en los chistes fáciles y las salidas previsibles, aunque a veces nos sorprende con todo lo contrario. Cabe resaltar el despiste del autor a la hora de retratar sus creaciones: la madre de Sapientín es flaca o gorda dependiendo de la temporada, al propio empollón lo llaman Felipín en alguna ocasión... ¡Y la abuela Zapatilla se llama Lázara!



Cartel de la obra maestra de Enrique Guevara.

Para tener una visión global puedes leer nuestros anteriores post sobre el tema: La enciclopedia de Zipi y Zape, Terre y Moto: Escobar se plagió a sí mismo, El rey de la historieta, Mas sobre Z y Z y Viñetas de pederastia en el Guai!

4.9.05

Más Jack Staff en octubre, según Xavier Morell

Xavier Morell comunica en el Foro de Recerca (cuya web está a punto de estrenarse) que el mes que viene, "si no hay ningún contratiempo", aparecerá el tomo de Jack Staff (¡324 páginas!) que recopila los primeros doce números que Paul Grist autoeditó para su sello Dancing Elephant Press. Como muchos sabrán, este particular volumen 1, titulado "Todo solía ser en blanco y negro", también fue publicado por Image Comics (actual editora de la serie) en un única entrega.



Cubierta de la compilación americana.

Números uno

Una política muy extendida entre las editoriales superheroicas es la de relanzar sus colecciones de vez en cuando y numerarlas de nuevo aprovechando algún arco narrativo innovador o cierto equipo artístico reciente. Precisamente ayer, el blog Los Archivos de Typhares cuestionaba la necesidad de renumerar la serie de Los 4 Fantásticos, como indican los rumores.

Coincide este debate con la aparición en librerías de la primera tanda de novedades de Panini. Entre los títulos que ofertan, un par de números uno cuyo éxito requerirá una segunda tirada, pues en muchos puntos de España se han agotado: Astonishing X-Men #1 y New X-Men: Academia X #1.

Leyendo los textos promocionales de cada ejemplar me he acordado de aquel clásico de Zinco que advertía: "Si sólo puedes comprar un cómic este mes, no lo dudes: ¿que sea éste!". La sucursal española de la compañía más boyante en el comercio de estampitas y adhesivos trata de ganar adeptos centrándose en los detalles más peregrinos de estas cabeceras.

Términos como "la más aclamada historia mutante de la última década" o el hecho de que sea Joss WhedonBuffy Cazavampiros!) el guionista se presentan como sólidas razones para adquirir un ejemplar de Astonishing. Por su parte, New X-Men se apoya en "personajes ya conocidos junto con otros recién llegados" para acercar al aficionado "la más refrescante colección mutante de los últimos tiempos".

Poderosos motivos para que zombies y fanáticos jamás abandonen a sus adorados vengadores enmascarados, no vaya a ser que se topen con alguna cochinada underground en blanco y negro, o con un manga que les estremezca o, por qué no, una BD capaz de hacer temblar sus valores estéticos.

3.9.05

Cómics en Rockdelux

El número de septiembre de la revista musical Rockdelux dedica media página al mundo de la historieta. La sección, coordinada por Pepo Pérez, incluye reseñas de Terry y los piratas, Snoopy y Carlitos (Biblioteca Grandes del Cómic, Planeta de Agostini), Berlín (Jason Lutes, Astiberri) y Carlitos Fax (Alberto Monteys, El Jueves).

Niebla en el puente de Tolbiac (El País)

El País entregaba ayer Niebla en el Puente de Tolbiac, un álbum de 76 páginas dibujado por Jacques Tardi a partir de una novela de Léo Malet. En su interior, el colaborador de la revista Pilote da rienda suelta a su estilo contemplativo en blanco y negro, callejea desorientado por las esquinas de París (se adjunta mapa) y acompañamos bajo la lluvia al detective Néstor Burma mientras resuelve su caso.

El investigador recibe la carta de un supuesto amigo, de nombre Lenantais, con quien compartió cierto pasado anarquista. No en vano, en su pecho lleva tatuado el lema: "Ni Dios ni amo". En el camino se topará con Belita, una gitana que, como suele ser habitual en el género negro, acaba en la cama con el protagonista. Igualmente, se servirá de sus contactos en el periódico El Crepúsculo para sacar conclusiones.

El trazo de Tardi, en particular por los orejones que pinta, me recordó a otra obra francobelga, editada hace años por Glénat (si no me falla la memoria) que se llamaba Soda, un poli con sotana. ¿No tiene un gran parecido con el detective de la pipa con cabeza de toro? Por otro lado, el autor apenas incluye escenas de acción en una historia que avanza con numerosos desencuentros; como sucedería en la realidad, el método favorito del investigador privado es ir dando palos de ciego hasta lograr algún descubrimiento.

El deambular de Burma deparará su encuentro con el ex inspector de Policía Norbert Ballin, un hombre cuyo gesto parece un homenaje a El grito, de Munch. Éste también será asesinado tras haber indagado en la muerte de un empleado de la compañía frigorífica. Todo apunta a que se trata de la traición de sus antiguos camaradas. El relato acaba de forma heroica con Belita en brazos del impasible detective, en cuyas manos recae la responsabilidad de hacer justicia.